El Servicio Alemán de Meteorología (DWD) pronosticó este miércoles 24 otro verano de sequía extrema en el país, tras haberse batido el año pasado máximas récord, a lo que siguió un invierno más benigno de lo habitual y escaso en precipitaciones.

«De persistir la escasez de precipitaciones en los próximos meses, el verano puede ser incluso más seco que el de 2018», indicó el director del departamento agrícola del DWD, Udo Busch.

El pasado año ya se apdeció una sequía extrema y las autoridades geranas aprobaron una serie de ayudas para la agricultura con unas condiciones muy especiales y diferentes a las que se dan en España. De forma paralela, las pérdidas en sus producciones agrícolas se tradujo en un incremento muy importante de algunas producciones españolas, como la patata, la paja o los cereales.

En las últimas semanas se activaron ya las alertas por riesgo de incendio en la región que envuelve Berlín y otras partes del país, donde se prohibieron preventivamente las tradicionales hogueras de Semana Santa.

Si la situación del verano pasado fue alarmante, con máximas récord en Alemania de 38,9 grados y ausencia de precipitaciones destacables durante meses, en el invierno pasado tampoco se ha revertido la situación, especialmente en el este del país.

Incluso si en las próximas semanas se producen fuertes precipitaciones, éstas no serán suficientes para regenerar la tierra, advirtió Busch.

«El estado de la vegetación en muchas regiones de Alemania es mucho peor que el año pasado», prosiguió el experto, cuyas advertencias siguen a las emitidas estos días por los servicios forestales.

El propio DWD pronosticó ya al cierre de 2018 que Alemania sufrirá sequías frecuentes y otras inclemencias extremas como consecuencia del cambio climático.

En 2018 el cómputo de precipitaciones registradas en Alemania fue apenas el 60 % de lo habitual en ese país, advirtió el DWD en su informe anual.

Los meses calificables de «secos» se extendieron de abril a noviembre, por lo que la situación de sequía se mantuvo prácticamente todo el año, con consecuencias para el campo que se arrastran al año siguiente amenazado además por esta nueva sequía extrema.

La temperatura media en Alemania en 2018 fue de 10,5 grados, lo que supone que fue el año más cálido desde que empezaron a registrarse estas mediciones sistemáticas, en 1881.

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