Más de un millar de ganaderas y ganaderos de la provincia de Lugo se manifestaron este jueves, con una particular marcha fúnebre, por las calles de la capital para reclamar una subida del precio que cobran por la leche que producen que compense el encarecimiento que están sufriendo en los piensos, el gasóleo y el precio de la luz y que hace «inviables» sus explotaciones.
Acompañados de vacas y docenas de tractores, y simulando una marcha fúnebre con la que quisieron llamar la atención de quecon cada ganadería que cierra se muere el mundo rural, los productores de leche evidenciaron la «situación límite» por la que están atravesando a consecuencia de la congelación del precio de la leche y el incremento de los costes de producción.
La marcha fúnebre, presidida por un ataúd subido a un carro tirado por una pareja de vacas, partió de la sede de la Xunta de Galicia en la Ronda de la Muralla y finalizó delante de la Sugdelegación del Gobierno, puesto que la asociación convocante, Agromuralla, reparte culpas entre las dos instituciones, a las que acusa de no hacer nada para evitar «la ruina» de los ganaderos y el cierre de sus granjas.
UN PRECIO MÍNIMO DE 40 CÉNTIMOS
Agromuralla denuncia el «incremento de costes de producción sin precedentes en la historia más reciente del sector lechero» que hace que producir un litro de leche cueste 40 céntimos mientras la media a la que lo venden los ganaderos es de 32 céntimos.
Debido a este desfase, el sector productor de leche está en este momento «en un estado de emergencia económica» provocado por el incumplimiento de la Ley de la Cadena. «Estamos infringiendo la ley vendiendo a pérdidas. Nuestra leche tiene que ser pagada por el precio que se merece. A día de hoy cobrar el litro por debajo de los 40 céntimos aboca al cierre de las exlotaciones», aseguró el presidente de Agromuralla, José Luis Pérez Barreiro.
«El año pasado desde el Ministerio de Agricultura nos aseguraron que habían conseguido un gran avance para nosotros plasmando en la Ley de la Cadena Alimentaria la obligatoriedad de que el precio que cobramos los productores por la leche cubra los costes de producción, pero los problemas surgen en la práctica cuando hay que aplicar la letra pequeña. Las industrias avasallan cuanto les da la gana, tanto es así que nos imponen los términos de los contratos sin darnos opción a negociar ni las cláusulas ni los precios. En la mayor parte de los contratos que nos vemos abocados a firmar para poder vender nuestro producto los costes de producción no se cubren», denunció el presidente de Agromuralla.
El precio de la leche que cobran los productores sigue estancado desde hace décadas, mientras los costes de producción no dejaron de subir, «algo que está tornando inviables nuestras explotaciones», aseguraron. «Estamos agonizando gracias a las políticas de dejadez que se vienen llevando a cabo en los últimos años», criticó el presidente de Agromuralla.
«Si nos remontamos al año 1998, antes incluso de la llegada del euro, cobrábamos la leche a un precio equivalente a 32 céntimos y resulta que 23 años más tarde estamos en un precio base de 31 céntimos», ejemplificaron. «En el 98 pagábamos por la cuota de autónomos 117 euros y hoy estamos en 285; en el 98 con 160 euros pagabas la luz de dos meses y hoy no nos da ni para la factura de la energía de una semana», compararon.
MANTENER VIVA LA GALICIA PROFUNDA
«Pedimos una subida del precio que cobramos por la leche que garantice la viabilidad económica de las explotaciones para poder seguir manteniendo viva esta Galicia profunda que tanto apreciamos», pedíu el presidente de Agromuralla.
«Encarecer al consumidor la cesta de la compra no es la solución si ese incremento de precio no repercute en el productor. En los últimos tiempos los precios subieron en el supermercado pero desconocemos quien lleva la ganancia o como se reparten el pastel a industria y la distribución», dijo.
«Cuando se registran las cuentas anuales de las multinacionales lácteas siempre tienen millones de euros de beneficios mientras que cientos de granjas cierran en Galicia cada año. En el que va de 2021 cerraron ya 321. Cuantas más tienen que cerrar para que se haga cumplir la normativa vigente?», preguntó José Luis Pérez Barreiro.
Después de recorrer varias calles del centro de la ciudad acompañados de tractores y vacas, la marcha fúnebre finalizó en la Plaza de Armanyá, donde se encuentra la sede de la Subdelegación del Gobierno. Allí quisieron dejar un «recado» al Ministerio de Agricultura y, con ironía, agradecieron a la subdelegada del Gobierno «que justo hoy, en la fecha en la que le comunicamos que habíamos previsto llevar una protesta por las calles de Lugo por la situación crítica que está viviendo el sector agroganadero, usted esté de vacaciones».
«Así nos demuestra el que le importamos», remarcaron. «Pero no viva en el engaño, si el rural lucense desaparece tal vez su sillón pierda la razón de ser», advirtieron. «Como esta situación no cambie de inmediato va a ser usted subdelegada de la fauna salvaje y los ganaderos seremos un número más en las solicitudes de la ayuda mínima vital», aseguró el presidente de Agromuralla.
Quisieron recordarle al Ministerio «una serie de palabras que esta temporada están de moda: escasez, desabastecimiento, dependencia de mercados de fuera, alza de precios de los productos básicos de alimentación en los liñais de los supermercados» y al mismo tiempo recordarle «que de Galicia sale el 40% de la producción de leche de toda España».