El proyecto de crear una planta azucarera en Mérida, en el que el grupo árabe Al-Khaleej Sugar tiene previsto invertir más de 400 millones de euros, «se está enfriando» por las dificultades de la Junta de Extremadura en resolver «flecos» relativos al suelo y a la energía con la que se alimentará la planta.

Así lo han asegurado a Efe fuentes cercanas a los inversores, que han advertido que si estas cuestiones pendientes no se solucionan en el plazo de un mes, los promotores desistirían de ubicar su planta en Extremadura.

«Lo que se pide no es nada del otro mundo, son cosas lógicas», según las mismas fuentes, que han especificado que las dos cuestiones que faltan por resolver están en manos de la Administración extremeña, no del Gobierno central.

La opción de que la planta azucarera se instale en Reino Unido «no se ha caído al cien por cien» y Portugal también se ofrece a recibirla

En ese sentido, han precisado que el Ministerio ha ofrecido alguna solución, como montar una planta de biomasa para alimentar a la azucarera, pero que ese proyecto no es viable.

Por otra parte, han explicado que la opción de que la planta azucarera se instale en Reino Unido «no se ha caído al cien por cien», como se ha apuntado por parte de la Junta de Extremadura, y han añadido, además, que Portugal está dispuesta a ofrecer alternativas para acoger este proyecto industrial y así se lo hacen saber «continuamente» a los promotores.

Las mismas fuentes han puesto de relieve que, frente a otras iniciativas empresariales de las que se empieza a hablar en la región, como un gran parque de ocio en La Siberia, el de la azucarera es un «proyecto real, no fantasma» en un proceso en el que el grupo Al-Khaleej Sugar, de Dubái, lleva gastado alrededor de medio millón de euros.

Han recordado que el proyecto para construir esta fábrica de azúcar en Mérida se inició hace ya doce meses y cuenta con licencia municipal y con la Declaración de Impacto Ambiental y de Autorización Ambiental Integrada.

Igualmente se ha constituido una sociedad mercantil española, Ibérica Sugar Company, con domicilio social y fiscal y Mérida, lo que dejaría en Extremadura 77 millones de euros sólo en impuestos, según las fuentes consultadas.

Sin embargo, aunque inicialmente por parte de los promotores se agradeció el esfuerzo tanto de la Junta como del Ayuntamiento en la agilización de trámites para que la planta azucarera se instalara en la región, ahora no todo parece tan sencillo.

Además se podrían perder dos proyectos industriales asociados a la azucarera que se instalarían también en la capital extremeña

Según las mismas fuentes, para llevar a cabo el proyecto se necesitaría todo el suelo disponible en el polígono industrial Expacio Mérida, porque, aunque la planta ocuparía un área de 59,3 hectáreas, necesita tener a su disposición terrenos para otras empresas que tienen que ir vinculadas a la fábrica de azúcar.

En ese sentido, han precisado que ya hay dos proyectos industriales asociados a la azucarera que se instalarían también en la capital extremeña.

La fábrica prevista podría contar con una capacidad de transformación de hasta los 5,4 millones de toneladas de remolacha al año para producir unas 800.000 toneladas de azúcar.

Conllevaría la creación de unos 200 puestos de trabajo directos, a los que se añadirían muchos más indirectos en transporte o agricultura, ya que supondría que en la región volvieran a cultivarse decenas de miles de hectáreas de remolacha.

La promotora del proyecto es la empresaria Hassa Jamal Al-Ghurair, hija del fundador y director general de Al- Khaleej Sugar, firma propietaria de la mayor fábrica de azúcar el mundo, ubicada en el emirato árabe de Dubái y que produce cada año más de 1,5 toneladas de este producto que exporta a 48 países.

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