Expertos internacionales reclamaron este viernes 31 más coordinación a todos los niveles para acabar con la plaga del picudo rojo, que afecta especialmente a las palmeras y se ha extendido en las últimas décadas a más de 60 países causando pérdidas millonarias.

Al término de un encuentro de tres días en la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los 156 participantes elaboraron una propuesta para detener la propagación del picudo rojo y consideraron esencial reforzar las medidas y los protocolos fitosanitarios para inspeccionar y tratar las plantas infectadas, incluyendo su puesta en cuarentena.

Una de las tareas pendientes es la armonización de los métodos para la gestión integrada de la plaga del picudo rojo

El comercio internacional de palmeras ha contribuido a la rápida expansión de la plaga, por lo que los expertos, representantes políticos, agricultores y empresarios que acudieron a la reunión, coincidieron en aumentar la detección temprana, la recolección de datos y el análisis para tomar decisiones apropiadas a tiempo en ese ámbito.

Una de las tareas pendientes es la armonización de los métodos para la gestión integrada de las pestes, que deberían ser «fáciles de utilizar y asequibles» y que incluyen una variedad de instrumentos como trampas con feromonas y pesticidas.

La declaración final también destacó la necesidad de incrementar los recursos financieros, las capacidades técnicas y la colaboración entre países y sectores.

Con ese fin la FAO anunció la creación de una plataforma global con apoyo del Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos (CIHEAM) para mejorar la coordinación internacional, intercambiar experiencias y ayudar en la detección temprana y la gestión de la peste.

«Podemos erradicar el picudo rojo de una vez por todas» con las tecnologías existentes, insistió el director general de la agencia de la ONU, José Graziano da Silva, que subrayó el «papel clave» que desempeñan los agricultores en el manejo de las palmeras y el control de la peste.

Da Silva recordó que el picudo rojo, originario del Sudeste Asiático, afecta a las palmeras de los oasis, un símbolo de la cultura y la vida de muchas comunidades de Oriente Medio y el norte de África, donde se producen el 90 % de los dátiles de todo el mundo.

El escarabajo también ha dañado multitud de palmeras que suelen decorar los paseos marítimos y otros lugares de las ciudades de países mediterráneos como Italia, Francia y España, donde en 2013 los costes y las pérdidas económicas ascendieron a cerca de 90 millones de euros sin lograr que se detuviera la plaga.

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