Sevilla, principal productora de trigo duro de España, ha acogido la XII Andalusian Commodity Exchange con la asistencia de 550 personas procedentes de 25 países. Durante la jornada se ha analizado la situación de los principales mercados de granos, resaltando que si no termina la guerra en Ucrania en breve, las pérdidas de producción y la imposibilidad de acceso a stocks, dibujan escenarios alcistas a muy alcistas

La décimo segunda edición de la Andalusian Commodity Exchange es un punto de encuentro mundial entre comerciantes, industriales, multinacionales y brokers, dedicados a la compra y venta de trigo duro, trigo blando, trigo forrajero, maíz, harinas proteicas y aceites vegetales (girasol, soja, palma y oliva), materias primas básicas para la industria agroalimentaria y para la fabricación de piensos. En total, se han dado cita alrededor de 550 profesionales de 25 países distintos, entre ellos, Canadá, Estados Unidos, México, España, Italia, Francia, Suiza, Alemania, Marruecos, Turquía y países del Este como Kazajistán y Ucrania.

La jornada ha estado organizada, un año más, por la empresa sevillana Northstar Brokerage, que recupera este encuentro tras dos años sin celebrarse a causa de la pandemia. Un evento que nació en 2009 de la mano de Philip Werle y Luigi Vascello pensando en el intercambio de información y en las posibilidades de cerrar negocios entre multinacionales, empresas y comerciantes.

PREOCUPACIÓN E INCERTIDUMBRE

La presente edición ha llegado marcada por la incertidumbre de todos los agentes tras el estallido de la guerra en Ucrania, uno de los mayores graneros del mundo, que ha provocado la irrupción en los flujos de comercio globales, a lo que se suma el superciclo al que se han encaramado las materias primas que consumimos a diario, con precios disparados que amenazan a las cadenas productivas.

Unos precios altos que han llegado para quedarse, pues “si no termina la guerra en breve, las pérdidas de producción y la imposibilidad de acceso a stocks, dibujan escenarios de alcistas a muy alcistas”, ha señalado Alejandro Herráiz, senior trader de la multinacional ADM.

Respecto a la situación del trigo duro, según ha puesto de manifiesto el director de la empresa italiana AgriviestiSrl, Pippo Viesti, “la menor producción de los mayores operadores mundiales como Canadá, que tuvo una caída del 47% de la cosecha de 2021, siendo el primer exportador mundial de trigo duro; de Estados Unidos (-47%); o Italia (-5%), primer consumidor de trigo duro, ha permitido que entren en juego otros países productores como Francia, Kazajistán o Australia, que han producido más trigo en 2021, pero insuficiente para compensar esa caída en el grano de América de Norte (Estados Unidos y Canadá)”.

Viesti se ha extendido en analizar la situación de Italia, donde “pese a que la superficie sembrada es similar a la de la campaña anterior, se espera entre un 10-20% menos de producción debido a la falta de lluvias, el retraso en las siembras y el uso de menos fertilizantes por su alto coste”. A este respecto, ha señalado que Italia demanda “hasta 6 millones de toneladas anuales de trigo y que se tendrá que importar alrededor de 2 millones de toneladas para compensar esta caída en la producción”.

En cuanto a los precios del trigo duro, el empresario ha señalado que “es un año histórico debido a la falta de stocks mundiales”, explicando que “aunque ninguno de los grandes operadores como Canadá, Estados Unidos o Italia va a registrar caída en la superficie de siembra, la clave serán los rendimientos en el campo”.

OLEAGINOSAS

A continuación, Mercedes Ruiz, directora de la consultora estratégica Aestivum, ha hablado sobre las perspectivas del mercado de oleaginosas, resaltando la dependencia europea y española de las importaciones de Rusia y Ucrania, ya que “un tercio de la harina de girasol venía de Ucrania a Europa, así como un 90% del aceite de girasol”. Por tanto, el conflicto bélico y el cierre de los puertos “deja a la UE en serios aprietos”.

Esta parada de las exportaciones de aceite de girasol está afectando al consumo, por lo que la industria se está viendo obligada a recurrir a otros aceites como el de palma, soja, colza o aceite de oliva en el caso de España.

Ucrania deja un “agujero enorme” en el mercado de las oleaginosas, ha afirmado Mercedes Ruiz, que ha apuntado a que India es el principal importador de aceite de girasol del mundo, “y en España somos también grandes importadores”, por lo que “la duda ahora está en cuánto girasol va a poder sembrar Ucrania estando en guerra”. Por lo pronto, el Gobierno ucraniano está ayudando a los agricultores y proveyendo de insumos, pero “hasta mediados de abril sólo se había podido sembrar un 7% de la superficie de girasol, alrededor de 400.000 hectáreas”, siendo la cosecha normal que aporta el país “de más de 17 millones de toneladas de pipas”. Además, “alrededor de 4 millones de toneladas de pipas de la cosecha ucraniana del año pasado no se ha podido molturar”. No obstante, ha señalado que “por mucho girasol o aceite de girasol que haya en Ucrania, hasta que no se reactive la logística portuaria no podrá salir de allí”.

En cuanto a Europa, se estima que habrá “unas 700.000 toneladas más de pipa de girasol”, debido a la posibilidad de sembrar oleaginosas en tierras en retirada. En España, los primeros aforos hablan de una superficie de 670.000 hectáreas, ligeramente superior al año pasado, con unas 50.000 hectáreas más en el campo andaluz.

En cuanto a la soja, ha señalado que en Estados Unidos, principal productor mundial, “se está produciendo un trasvase de las siembras de maíz a las habas de soja, por lo que aumentará la producción”.

A continuación, ha tomado la palabra Alejandro Herráiz, directivo de ADM, que ha centrado su intervención en el mercado de maíz, cebada y trigo, señalando que “entre Rusia y Ucrania copan el 20% del comercio exterior mundial de maíz; entre el 25-30% del comercio exterior de trigo y entre un 25-30% del comercio exterior de cebada”.

Por tanto, “uno de cada cinco granos de maíz, y uno de cada tres granos de trigo y de cebada que se exportan en el mundo salen de los países actualmente en guerra”.

El conflicto bélico complica la situación de todos los operadores mundiales, ha insistido también Herráiz, que ha apuntado a que será necesario “acudir a otros orígenes”, como “a Estados Unidos, Brasil y Argentina para importar maíz” y “a la Unión Europea, India y Argentina para comprar trigo”, siendo la cebada de la campaña 2021-2022 el cereal menos afectado por la guerra.

La XII edición de la Andalusian Commodity Exchange ha terminado con el mejor acento andaluz y español, tras la interpretación a la guitarra del tema “Entre dos Aguas” compuesto por Paco de Lucía. 

COMPORTAMIENTO DEL MERCADO

TRIGO DURO:

Andalucía es la principal productora nacional de trigo duro, con alrededor de 210.000 hectáreas, seguida de Aragón con 100.000. La falta de agua ha afectado al cultivo, aunque gracias a las últimas lluvias producidas a mitad de marzo se ha podido recuperar gran parte de la cosecha y la media productiva en campo se estima entorno a 2.200-2.300 toneladas por hectárea. Los precios del cultivo están firmes debido a falta de stocks a nivel mundial, la menor producción en otros países productores y los problemas de logística que mantienen las exportaciones paralizadas. En Canadá, primer exportador mundial, no se está sembrando el trigo duro debido a una gran nevada caída esta semana que ha impedido llevar a cabo las labores en campo. 

GIRASOL:

Las expectativas de siembra de girasol en España son ligeramente superiores a las del año pasado, gracias a que se va a poder usar parte del 5% de las tierras en retirada, aunque no todo. Respecto a una superficie de 650.000 hectáreas de la campaña anterior, se prevé alcanzar alrededor de las 700.000 hectáreas, lo que podrían llevar al cultivo a unas 800.000 toneladas. España tiene un consumo importante de girasol, que se cubre en un 50% con la producción nacional y otro 50% de importaciones. Estas importaciones vienen de Ucrania pero también de países del Mar Negro como Bulgaria o Rumanía y de otros orígenes como Francia o Argentina. El conjunto de esos otros orígenes compensará parte de la imposibilidad de cargar pipas en Ucrania.

Por otra parte, Ucrania está diseñando nuevas formas de exportar su producción, porque el aceite de girasol de la campaña anterior está disponible, así como parte de la cosecha en forma de semillas y es exportable. No tanto por vía marítima pero sí por vía terrestre. En este sentido, empresas como Northstar Brokerage, organizadora de la Andalusian Commodity Exchange, está ayudando a esas empresas ucranianas a poder exportar a esos aceites y que lleguen a España.

MAIZ:

La principal incertidumbre a nivel andaluz está en la falta de agua, ya que los regadíos están limitados a 1.000 metros cúbicos por hectárea esta primavera y eso significa que prácticamente no se va a poder sembrar maíz. A nivel nacional, por tanto, va a haber una importante reducción de la cosecha de maíz, ya que tanto Andalucía como Extremadura tienen difícil las siembras por la sequía. España tiene poco peso como productor, ya que aporta 3 millones de toneladas en un contexto mundial de mil millones.

A nivel internacional, los operadores están mirando a Ucrania, un país con una capacidad exportadora de 30 millones de toneladas, siendo el cuarto exportador mundial de maíz. Desde finales de febrero, Ucrania ha visto como sus puertos están bloqueados por la armada rusa, quedando gran parte de la cosecha de 2021 de maíz ucraniano sin poder salir al exterior. Por otro lado, ahora se está sembrando maíz en Ucrania y sobre una producción normal de 40 millones de toneladas hay voces que apuntan que este año solo podrán producir 15 millones de toneladas. La falta de esos 25 millones de toneladas de maíz son las que van a marcar el balance mundial de oferta y demanda este 2022.

SOJA:

En los últimos meses las estimaciones de cosecha soja argentina y brasileña se han reducido bastante por cuestiones de sequía y de una producción en Brasil que apuntaba a 148 millones de toneladas a finales 2021, se ha terminado constatando una cosecha de 125 millones de toneladas. Por tanto, sigue la tensión en la disponibilidad de habas de soja y de harina de soja a nivel mundial. Se está empezando a analizar la nueva siembra de soja estadounidense y todo apunta a que crecerá ligeramente, pero Estados Unidos no va a ser capaz de compensar la falta

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