Los aceites de semillas elevaron sus ventas en España en 2021 a la par que disminuían las del aceite de oliva, en medio de la subida del precio de este último y el cambio de hábitos de consumo en los hogares y la hostelería por la pandemia.

Según los datos de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac), las ventas de aceites vegetales ascendieron a 343 millones de litros el año pasado, un 10 % más que en 2020.

Ese aumento contrasta con la caída del 11 % de las salidas al mercado del aceite de oliva, con un total de 309 millones de litros.

Tras años de precios a la baja y crisis de rentabilidad, los olivareros han visto cómo el precio de los aceites de oliva ha aumentado de media un 45 % en la actual campaña respecto a la anterior, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

COMPETENCIA EN PRECIO

El director general de Anierac, Primitivo Fernández, asegura a Efeagro que el factor del precio es «fundamental» para explicar la reducción de las ventas del aceite de oliva y la subida de las de los aceites de semillas, que son más baratos.

Esto, en su opinión, coincide con la situación del consumo interior, que durante 2021 se ha resentido en la hostelería ante las sucesivas olas de contagios por covid y en los hogares por la crisis económica.

Fernández subraya que todavía hay consumidores que siguen sufriendo la crisis, a lo que se une cierta sensación general de inseguridad, por lo que está primando el ahorro de los hogares, con un menor gasto en parte de la alimentación.

Entre los aceites vegetales, las ventas del de girasol subieron un 5 % anual en 2021, hasta los 291 millones de litros, y las de refinado de semillas se elevaron un 52%, hasta los 48 millones.

En cantidades mucho menores se comercializaron los aceites de soja (unas 628.000 toneladas, un 8 % menos) y de maíz (589.000 toneladas, un 9 % menos), según la patronal de envasadores.

La directora técnica de la Asociación Nacional de empresas para el Fomento de las Oleaginosas y su Extracción (Afoex), Ana Hurtado, espera que el mercado de los aceites vegetales siga estabilizándose en 2022.

Sostiene que la pandemia ha afectado a sus ventas en la hostelería, aunque ahora puede que repunte conforme se va reactivando la actividad.

MERCADOS VOLÁTILES

Según el MAPA, la semilla de girasol se había encarecido en enero en España casi un 40 % respecto a la campaña anterior, en medio del reciente aumento del coste de las materias primas agrícolas y la reducción, año tras año, del cultivo nacional.

En los mercados internacionales, su precio apenas había bajado un 2 % en ese periodo en Ucrania, uno de los principales exportadores.

Hurtado destaca la «incertidumbre» que suscita la tensión desatada en las últimas semanas entre Ucrania y Rusia, que puede acabar impactando en las importaciones españolas procedentes de esa zona.

Miguel Costa, director general de Agroproducciones Oleaginosas (Agropro), empresa creada por Acor y Sovena para la compra de semillas y la venta de aceites a granel, alerta de una posible disrupción de la cadena de suministro, que puede suponer un grave problema en un año en el que se esperaba un excedente de producción de girasol.

Las previsiones globales actuales superan los 57 millones de toneladas en la campaña 2021/2022, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).

Este organismo cifra en 619 millones de toneladas la producción mundial de oleaginosas y estima que los precios de los principales aceites vegetales se han duplicado en los últimos 18 meses, sobre todo en el caso del aceite de palma, preferido por los compradores de menores ingresos.

Además, está previsto que la cosecha de soja se recorte, entre otros motivos por la falta de lluvias en Sudamérica, al igual que la de palma, con problemas de mano de obra por la covid y menor rentabilidad, apunta Costa, que subraya la dificultad de hacer predicciones en un contexto tan variable.

En España, el directivo también alude al efecto de la pandemia en sectores como la hostelería y está a la espera de ver un repunte del consumo de aceite de girasol, tan habitual en bares y restaurantes.

(Texto: Belén Delgado / Efeagro)

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