Con el final del estado de alarma, llega la nueva normalidad incluso para el campo. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) y LA UNIÓ de Llauradors i Ramaders anuncian la convocatoria conjunta de una concentración, el próximo 26 de junio a las puertas de la conselleria de Agricultura, en protesta por la desastrosa campaña que han sufrido los productores valencianos de patatas y cebollas.

Ambas organizaciones agrarias denuncian la falta de apoyo por parte de las administraciones ante una temporada marcada por la entrada de importaciones de hortalizas originarias del hemisferio sur justo al inicio de la recolección, por el cierre del canal Horeca y los mercados de proximidad derivado del Covid-19 y por el consecuente hundimiento de los precios ofrecidos a los agricultores (hasta 0,06-0,13 euros por kilo, menos del 60% respecto a las cifras percibidas la campaña anterior).

Esta crisis de rentabilidad ha vuelto a mostrar en la huerta valenciana imágenes dramáticas de agricultores obligados a destruir campos enteros porque las cotizaciones de esta desastrosa campaña no cubrían ni siquiera los costes de recogida. Todo ello mientras los precios al consumidor han aumentado, alcanzando diferencias superiores al 1.000% del campo a la tienda.

ESTA CRISIS  DE PRECIOS SE DEBE EN BUENA PARTE A LA ACTITUD PASIVA Y CONDESCENDIENTE DE LAS ADMINISTRACIONES

Con esta concentración, las dos principales organizaciones agrarias de la Comunitat Valenciana retoman la unidad de acción que ya venían exhibiendo antes del estado de alarma, tanto con la histórica manifestación celebrada el pasado 14 de febrero en el centro de Valencia, como con la constitución de la Mesa de la Producción Agraria que abrió en marzo una ronda de negociaciones con el Consell, unas negociaciones interrumpidas desde entonces.

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, reprocha que “la catástrofe vivida este año con las cebollas y patatas evidencia, una vez más, que nuestras Administraciones nos tienen desamparados y que la consideración de la actividad agraria como ‘esencial’ no se traduce ni en legislaciones ni en ayudas que tengan una incidencia real sobre la rentabilidad del sector. Ahí tenemos el ejemplo de la Ley de la Huerta, la cual venía para salvar a los agricultores pero ha demostrado ser una mentira, con muchas restricciones pero ningún apoyo”.

Carles Peris, secretario general de LA UNIÓ de Llauradors, indica que “la crisis de esta desastrosa campaña de la patata y la cebolla, y la de otros muchos cultivos, se debe en buena parte a la actitud pasiva y condescendiente de las Administraciones con las importaciones desleales procedentes de países terceros sin ningún tipo de reciprocidad y además a la falta de sensibilidad de algunas cadenas de supermercados que en lugar de apoyar el producto nacional prefieren las producciones de terceros países. No es lógico que mientras nuestros campos se queden por recolectar los lineales estén llenos en determinados momentos de productos de fuera”.

AVA-ASAJA y LA UNIÓ no descartan ampliar el calendario de movilizaciones en las próximas semanas debido a los numerosos sectores agrarios que se están viendo gravemente afectados por una situación límite en términos de rentabilidad y que requieren medidas de apoyo de manera urgente y contundente.

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