Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) apunta que las políticas públicas tienen «un papel clave» para que la repoblación rural implique una mejora en el territorio y en «revertir el abandono» de las áreas agrícolas

Argumentan que las políticas públicas «juegan un papel fundamental”, ya que pueden favorecer un equilibrio entre el crecimiento socioeconómico y la protección del medioambiente que favorezca el desarrollo rural sostenible y la multifuncionalidad, recoge la UCM en una nota.

Las investigadoras han publicado un artículo en la revista internacional ‘Landscape ecology’ en el que señalan que actualmente se vive un impulso de «contraurbanización», o migración inversa, apoyado en los numerosos vínculos socioeconómicos que existen entre el mundo rural y urbano.

SE TRATA DE LAS ESTRATEGIAS PARA «APROVECHAR AL MÁXIMO ESTE POTENCIAL Y FOMENTAR EL DESARROLLO SOSTENIBLE DE LAS REGIONES»

Esta vinculación es mayor en los países mediterráneos y, si se toman medidas para «ordenar» los usos del territorio y el asentamiento de personas, «puede ser una ventaja para promover la conservación de paisajes rurales multifuncionales», resumen.

Advierten que la repoblación de las zonas rurales puede llegar a tener un efecto similar a la «gentrificación» que se da en las grandes ciudades.

De esa forma algunos pueblos, ubicados cerca de grandes ciudades o áreas turísticas, pueden terminar convirtiéndose en entornos vacíos que favorecen la pérdida de la identidad rural, la «explotación turística excesiva» o la intensificación de los recursos agrarios, «pero no su mantenimiento como recurso ambiental».

Por otro lado, hay estudios que analizan cómo la migración inversa provocada por la crisis económica o como opción familiar de muchos jóvenes está «facilitando que se fomenten los paisajes compartidos y compartimentados que reducen significativamente el impacto que en el territorio».

Las autoras del trabajo reconocen que se necesitan más estudios que analicen los factores y los efectos que está desencadenando «esta nueva ola de ocupación rural» por parte de distintos tipos de migrantes (migrantes por motivos de ocio, refugiados, jóvenes o familias con niños).

Y ponen el acento en que las administraciones públicas «pueden desempeñar un papel fundamental a la hora de aprovechar y promover un determinado tipo de paisaje».

En concreto, llaman especialmente a que se garantice el acceso a servicios básicos como el transporte, la medicina o la educación; además de a la recuperación de los campos abandonados y los elementos tradicionales del paisaje rural a la vez que se incluyen en los programas recreativos de turismo rural.

Se trata de las estrategias para «aprovechar al máximo este potencial y fomentar el desarrollo sostenible de las regiones», según las autoras.

(Foto principal: Zape Fotógrafo)

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