El presidente de ASAJA-Castilla y León, Donaciano Dujo, ha lamentado que la sequía se convierta en «combustible electoral de unos y otros, mientras los agricultores y los ganaderos se arruinan». La organización ha criticado que el titular de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas, se haya presentado al Consejo Agrario, el máximo órgano de representación del campo de Castilla y León, «con las manos vacías y una retahíla de promesas inconcretas, cuando el sector atraviesa una situación de alerta máxima por sequía».

Según la organización, «una y otra vez, el consejero ha eludido las preguntas de ASAJA y ha evitado concretar qué dinero pondrá su departamento para ayudar a los agricultores y ganaderos de Castilla y León».

Donaciano Dujo ha calificado como «decepcionante» la reunión, «donde todo lo que estén dispuestos a ofrecer al sector sean vagos compromisos de que lo van a estudiar o de que complementarán lo que dé el Ministerio, sin concretar qué cuantía global reservan para ello, ni si la Junta aportará al menos lo mismo que Madrid, o si contemplarán los mismos sectores o algunos que han quedado olvidados».

«En resumen, nada en absoluto», ha afirmado el líder regional de ASAJA, quien recuerda a la Consejería que el Consejo Agrario no es el «foro de tertulianos» en el que lo quiere convertir, sino el órgano democrático y representativo legítimo de los agricultores y los ganaderos, «al que hay que ir con los deberes preparados, no sólo para cubrir el expediente».

DOBLE PENALIZACIÓN Y AYUDAS DE AL MENOS LA MITAD DE LAS PÉRDIDAS

«Nos parece —ha añadido Dujo— una falta de respeto que al final la sequía y la ruina de los agricultores y ganaderos se convierta en un combustible electoral por unos y otros», a la vez que ha lamentado que «Castilla y León esté siendo penalizada tanto por el Ministerio, al relegarla a un peor tratamiento que otras comunidades, como por la Junta, que por ahora solo tiene buenas palabras, pero ninguna acción».

ASAJA calcula que las pérdidas por sequía en Castilla y León, en una campaña de enormes costes de producción, superarán los 2.000 millones de euros, dado que caminamos hacia una cosecha por debajo de los tres millones de toneladas, tan catastrófica como la que dejó 2017, y con el ganado sin apenas pastos y los forrajes en un mercado lastrado por la escasez y el encarecimiento.

Por ello, ASAJA-Castilla y León pide que, entre todas las administraciones, «aporten ayudas por importe global de al menos la mitad de las pérdidas, es decir, mil millones de euros». Esa cantidad, repartida entre los cuarenta mil profesionales de la agricultura y la ganadería de esta comunidad autónoma, supondría alrededor de veinticinco mil euros por explotación, «que deberían cubrirse de forma conjunta por la Administración Central del Estado, el fondo de crisis de la Unión Europea y la Junta de Castilla y León», ha añadido Dujo.

Sobre este punto, ha subrayado que Castilla y León es el buque insignia de la producción agrícola y ganadera de España, por lo que «sería imperdonable que tanto el presidente Mañueco como el consejero Dueñas no sean los primeros defensores de nuestro sector».

Además de las imprescindibles ayudas directas, ASAJA-Castilla y León aboga por un seguimiento continuo de las necesidades específicas de cada sector, comenzando por el ganado de extensivo, que ya tiene dificultades para abastecerse de paja o de agua, y siguiendo por el resto de producciones.

Finalmente, ha reclamado en el Consejo Agrario Regional que la Junta de Castilla y León se pronuncie con urgencia sobre la flexibilización de las normas de la PAC, tanto para esta campaña como para campañas sucesivas, «para apartar prácticas agronómicas que encarecen los costes de producción, o que directamente reducen las producciones, así como aligerar la enorme y absurda carga burocrática con la que ha nacido esta nueva PAC». Por eso aboga por no hacer de la sequía un combustible electoral y por buscar soluciones reales al campo.

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