EFE.- Los investigadores del Grupo de Mecanización y Tecnología Agraria de la Universitat Politècnica de València (UPV) han desarrollado un sistema de sensores GPS y de visión artificial mediante infrarrojos que detecta el vigor vegetativo de las viñas para anticipar cuáles producirán vino de mejor calidad.
En declaraciones a EFE, el director de la investigación y profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural (ETSIAMN), Francisco Rovira, ha explicado que el objetivo es "mejorar el factor de predicción del agricultor para conocer dónde obtendrá mejor producción y hacer una recolección diferenciada".
"Se ha relacionado el vigor con la producción en cantidad y calidad para que el agricultor pueda analizar la uniformidad de la cosecha", junto a otras variables como el grado de maduración, las necesidades hídricas y el rendimiento productivo, a través de un mapa que asigna cada dato escaneado a un punto geográfico concreto.
La detección se realiza gracias a un tractor al que le han instalado un sistema de posicionamiento global y una cámara monocular de infrarrojos equipada con diferentes lentes para el muestreo intensivo y extensivo de las parcelas, que ya ha recorrido las viñas de Bodegas Finca Ardal y Turís (Valencia).
Según la investigadora de la UPV, Verónica Sáiz, la cámara sensible al infrarrojo toma fotografías en las que resalta la vegetación y ayuda al algoritmo a separarla del resto para su cuantificación.
Por lo tanto, esta tecnología contribuirá a evitar "el crecimiento desigual de las viñas y la falta de uniformidad en producción y madurez, además de ayudar en la gestión de los recursos hídricos".
Este sistema ya ha sido premiado por la multinacional Edmund Optics, que ha destacado su utilidad para la monitorización y control de explotaciones agrarias de una forma no invasiva y económica, y también ha obtenido un accésit en el quinto certamen "Valencia Idea 2011".
Francisco Rovira ha destacado el potencial de este sistema para mejorar la calidad, productividad y competitividad de los vinos dentro de un sector que, "dentro de la agricultura, es el que más está dispuesto a adoptar nuevas tecnologías al moverse a un nivel un poquito más alto que el resto".
"La agricultura de investigación siempre ha tenido conceptos difíciles de entender para el agricultor. Por eso, intentamos que la interpretación de los datos sea lo más sencilla y los costes de toda la instrumentación sean más bajos para que, con una pequeña inversión, se tengan beneficios a corto plazo", ha añadido.
Por ello, las tecnologías utilizadas han sido un dispositivo de GPS, "que ahora se puede conseguir por 200 euros", y las cámaras de infrarrojos, "que ahora están bajando mucho de precio".
La previsión de Rovira es que las futuras aplicaciones de esta tecnología se encaminen a la detección precoz de infestaciones por enfermedades y plagas y a la realización de mapas sobre las necesidades de fertilizante e insecticidas.