La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) denuncia que la sistemática supresión de materias activas fitosanitarias para combatir las plagas y enfermedades por parte de la Unión Europea, sin contar con una alternativa de contrastada eficacia, y las adversidades climáticas acumuladas durante la primavera –lluvias persistentes, ola de frío ártico y vientos de poniente– reducen un 50% la producción pendiente de recolección de cebollas y patatas en las comarcas valencianas de L’Horta y La Ribera.

La organización advierte de que este importante desplome de cosechas, unido a la escalada histórica de los costes de producción, “hunde la rentabilidad y amenaza con retroceder aún más su superficie e, incluso, con ser los dos próximos cultivos en desaparecer de la huerta valenciana”.

PIDEN QUE NO SE PROHÍBA NINGUNA SUSTANCIA MÁS SIN CONTAR ANTES CON UNA ALTERNATIVA DE CONTRASTADA EFICIENCIA

AVA-ASAJA critica que los horticultores se encuentran “indefensos y sin soluciones” para hacer frente a los hongos –principalmente el mildiu en cebollas y la alternaria en algunas parcelas de patatas– cuyos ataques se han visto favorecidos por la anomalía climática. Debido a la prohibición este año del Mancozeb y Dimetamorf, los agricultores han tenido que recurrir a alternativas “más caras y menos eficaces”; no en vano, hay explotaciones que sufren mermas de producción a pesar de aplicar hasta 14 aplicaciones desde diciembre.

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, denuncia que “al igual que ocurre con el Cotonet de Sudáfrica en los cítricos o la mancha foliar en los caquis, las pérdidas de producción que estamos sufriendo en las cebollas y las patatas son otro ejemplo del fracaso del Pacto Verde Europeo. La Unión Europea ha prohibido en una década dos terceras partes de las sustancias fitosanitarias autorizadas pero, lejos de reconocer el daño que está haciendo por no dotar al sector de alternativas eficaces, de aquí a 2030 aspira a recortar un 50% más los productos fitosanitarios. Con estas políticas verdes lo único que consigue Bruselas es una marcha marrón de campos dejados de cultivar porque los agricultores no tienen herramientas útiles para luchar contra las plagas y enfermedades”.

Por ello, AVA-ASAJA reclama que no se prohíba ni una materia activa más sin contar con una alternativa de contrastada eficacia, urge a aprovechar todos los avances científicos en la búsqueda de esas soluciones sostenibles –incluida la edición genética, tal como están impulsando el resto de potencias mundiales– y pide a la UE que exija a las importaciones procedentes de países terceros las mismas restricciones fitosanitarias que deben cumplir los productores comunitarios.

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