Una de las revistas más prestigiosas del mundo en su género, la norteamericana Advances in Nutrition, que divulga revisiones de literatura centradas en hallazgos clave e investigaciones recientes en todas las áreas de interés para científicos e investigadores relacionados con la nutrición y las ciencias biomédicas, acaba de publicar un suplemento con 14 artículos que demuestran las bondades derivadas de un consumo regular de leche y productos lácteos tanto desde el punto de vista nutricional como para la prevención de ciertas enfermedades crónicas y para ayudar a mantener una adecuada calidad en las diferentes etapas de la vida.

La documentación que nutre el suplemento se basa en una reunión promovida por la Organización Interprofesional Láctea (INLAC), que engloba a todo el sector lácteo de España (FENIL, ASAJA, COAG, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias de España y cuya principal función es velar por la sostenibilidad de la cadena de valor del sector lácteo de vaca, oveja y cabra) celebrada a mediados del año pasado aunque es ahora cuando “Advances in Nutrition” los respalda con su publicación, tras someterlos al riguroso examen de un prestigioso comité de expertos independiente. Éste ha validado que todas las evidencias apuntadas son ciertas, contrastadas, rigurosas y, por tanto, científicas.

Los doctores que han promovido esta publicación, Ángel Gil (doctor en Biología, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Granada, y presidente de FINUT) y Rosa Mª Ortega, doctora en Farmacia y catedrática de Nutrición en la Universidad Complutense de Madrid, destacan el hito que supone para el sector que una publicación internacional de estas características respalde a estos productos desde el punto de vista científico en un momento en el que surgen voces que, sin este tipo de argumentos, los están cuestionando.

En esta publicación se recuerda, entre otros asuntos, que existe un creciente escepticismo en la población sobre los efectos beneficiosos en el consumo regular de los lácteos, que se traduce en una mayor ingesta de otros bebidas vegetales derivadas de soja, arroz, almendra o avena, pero advierte que éstas últimas tienen baja densidad nutricional, contienen proteínas de valor biológico relativamente bajo, escaso contenido de micronutrientes y grandes cantidades de azúcares añadidos.

“Sólo el 5 % de los artículos que se presentan a Advances in Nutrition (ASN), una de las tres más importantes del mundo en el campo de la nutrición, logran el aval científico para ser publicados. Este suplemento revisa toda la literatura científica mundial sobre el papel de los lácteos en la salud y en la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles como las cardiovasculares”. Según ha remarcado el doctor, en los documentos se analiza, por ejemplo, el papel positivo de los lácteos para el crecimiento, en el embarazo o durante la lactancia así como sus efectos positivos sobre la osificación o para la generación de masa magra. También incide en aspectos como el rol de la leche y sus derivados en la prevención del síndrome metabólico, cáncer de colon o vejiga y diabetes tipo 2, según ha puntualizado Gil.

En estos artículos se constata la importancia de consumir lácteos para lograr una dieta equilibrada, algo que también ha saltado a la actualidad estos días, según recuerda Gil, después de que la revista “The Lancet” haya alertado en un estudio de que los malos hábitos de vida se han convertido en la mayor amenaza para la salud mundial, especialmente las dietas desequilibradas, responsables de casi 11 millones de muertes en 2017 (un 22% de todos los fallecimientos registrados en adultos). Gil y Ortega llevan años apuntando, frente a los escépticos, que todas las guías internacionales afirman que tomar lácteos es positivo y no admite dudas. El consumo aconsejado oscila entre 2 y 3 raciones de lácteos al día –sumando leche, yogur o quesos- en niños y adultos, si bien esta cantidad asciende hasta 3-4 raciones diarias en colectivos con necesidades especiales como adolescentes, mujeres durante el embarazo y lactancia, ancianos y los deportistas.

La Organización Interprofesional Láctea (INLAC) expresa la satisfacción que representa para toda la cadena de valor de esta producto, desde los ganaderos hasta los fabricantes, que la comunidad científica respalde con cada nuevo informe que se divulga, que los lácteos son necesarios y disponen de unas bondades nutricionales y saludables en su consumo regular que no pueden ser sustituidas por otros productos “de moda” o “de marketing”.

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