Ramón Armengol / Presidente de la Cogeca

Si bien la crisis por la COVID ha supuesto un reto sin precedentes para nosotros, me complace poder decir que también ha reafirmado mi confianza absoluta en el potencial y la robustez denuestro sector. En estos tiempos de crisis, las cooperativas agrarias han demostrado una vez más  su capacidad para innovar, superar desafíos y reforzar su capacidad de resistencia sin dejar de proveer a los consumidores. A raíz de esta crisis, se pusieron en marcha grandes iniciativas  innovadoras, con el fin de salvaguardar la seguridad alimentaria, reajustar los mecanismos de la cadena de valor, mantener la competitividad del mercado y satisfacer las necesidades emergentes de los consumidores y de nuestros socios de la cadena agroalimentaria.

Hoy en día tenemos otro reto ante nosotros: el conflicto en Ucrania y sus repercusiones en los mercados internacionales, en el precio de la energía y en todos los costes de producción. Cada una de estas crisis constituye un desafío de gran envergadura para nuestro sector agrario, nuestros   socios, agricultores y modelos de negocio cooperativos. Sin embargo, también sirven para poner de relieve la importancia de nuestro sector y la enorme capacidad de resistencia que hemos ido
creando juntos con los años, con el propósito de seguir suministrando productos a nuestros consumidores, pase lo que pase.

Por lo tanto, incluso en un momento tan difícil para la historia como este, quisiera aplaudir elespíritu innovador de nuestras cooperativas, así como su empeño constante por seguir mejorandoy creando valor para sus agricultores socios. Ahora más que nunca, necesitamos apoyo para ser más sostenibles y formar parte de la solución ante los cruciales desafíos vinculados a la transiciónen aras de la sostenibilidad. Necesitamos cooperar, como también necesitamos elementosfacilitadores, acceso a la financiación y promover la cultura de la innovación y la sostenibilidad enel seno de nuestras empresas.

Por este motivo decidimos poner de manifiesto las prácticas innovadoras que nuestras empresas han ideado con el fin de abordar los tres pilares de la sostenibilidad.

Con el Premio Europeo a la Innovación Cooperativa, la Cogeca reconoce y premia desde el año 2009 los ejemplos de innovación más sobresalientes. Y sin duda, esta quinta edición ha reunido iniciativas increíbles de toda la Unión Europea. Este premio da reconocimiento a los destacados  logros de las cooperativas agrarias, independientemente de su tamaño, su localización y su grado de desarrollo empresarial.

En la edición actual de este galardón, tuvimos la ardua tarea de seleccionar a seis cooperativas ganadoras de entre más de un centenar de proyectos presentados, todos excelentes. Proyectos y actividades que se centran en la creación de nuevos productos y servicios, segmentos de mercado, procesos y modelos de negocio; todos ellos impulsados por objetivos concretos en el plano económico, social o ambiental.

A decir verdad, todas las cooperativas aspirantes merecen reconocimiento por las inversiones realizadas y por su espíritu innovador. Todas ellas han demostrado que para las cooperativas agrarias lo normal y habitual es centrarse en sus prioridades estratégicas de manera conjunta, con el fin de:
invertir para definir el futuro de la agricultura,

hacer buen uso de los datos y ser conscientes de las necesidades de los consumidores,

mantener la actividad y el dinamismo de las zonas rurales,

estimular el crecimiento y el empleo,

potenciar la competitividad de nuestros socios y empresas,

pasar de la resiliencia a evitar los puntos frágiles de cara a las generaciones futuras,

y apoyar una agricultura económica, social y ambientalmente sostenible.

Al enumerar estas prioridades pienso que la fuerza de las cooperativas reside en que sus prioridades y objetivos a largo plazo coinciden. Es decir, nuestras cooperativas no se guían por los beneficios económicos, sino por valores. Está en nuestro ADN.

Gracias a los esfuerzos que nuestras empresas dedican a la innovación, somos conscientes de que estar a la vanguardia en el ámbito de la sostenibilidad no es solo una de las estrategias centrales de las cooperativas agrarias, sino que constituye la visión misma que abarca todos los aspectos de su desarrollo empresarial.

Para nuestras cooperativas, el desarrollo sostenible es sinónimo de oportunidades y progreso; y es también un recordatorio del deber que tenemos para con las generaciones venideras de agricultores, con nuestros hijos y nuestras hijas. Por eso, hoy queremos transmitir un mensaje positivo y optimista. Podemos hacerlo porque nuestras cooperativas ya demuestran una voluntad de reafirmar sus principios y entienden lo que la sociedad (incluida la comunidad agrícola) espera de ellas.

En particular, las cooperativas del sector agroalimentario han puesto en marcha acciones totalmente en consonancia con muchos de los objetivos políticos de hoy en día, así como con el «Código de conducta de la UE para las prácticas empresariales y de comercialización responsables en el ámbito alimentario» y sus siete objetivos orientativos. Las cooperativas conciben medidas indicativas, tangibles y medibles para ayudar a hacer más sostenible nuestro sistema alimentario.

Por este motivo, quisiera instar a todas las cooperativas a sumarse a dicho Código de conducta y presentar sus compromisos, porque la innovación que llevan a cabo es una muestra evidente de que van por el buen camino.

En mi opinión, todos estos elementos suponen una ventaja competitiva para nuestras empresas. No obstante, también existen múltiples riesgos, especialmente aquellos relacionados con loscambios radicales en el entorno normativo. Como la mayoría de los actores del sector agrario, las cooperativas agrarias y sus socios prosperan a partir de la estabilidad y la previsibilidad, que lespermiten planificar las inversiones necesarias para llevar a cabo una producción más eficiente y sostenible. Posibilitar y asegurar esas inversiones es algo determinante para lograr nuestros objetivos de sostenibilidad más a largo plazo.

Por lo tanto, este Premio es una gran ocasión para que los responsables políticos comprendan que el apoyo al desarrollo del modelo cooperativo es el camino que seguir para cumplir los objetivos de sostenibilidad marcados.

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