La última edición del Encuentro Europeo de la Castaña, en el que han participado miembros de la Red Estatal del Castaño y de sus equipos técnicos, se ha reunido con el objetivo de defender los intereses comunes de productores, industriales y de operadores comerciales del sector europeo de la castaña, se ha formalizado la constitución de la asociación europea Eurocastanea.

Esta agrupación supranacional pretende además promover el dialogo, la concertación y las acciones comunes entre sus miembros, que se dirigirán a:

  • Reforzar la representación del sector ante instituciones europeas y las administraciones públicas nacionales y regionales
  • Contribuir a la renovación del sector de la castaña europea
  • Apoyar e impulsar la organización del Encuentro europeo de la castaña en las distintas regiones europeas
  • Organizar encuentros para favorecer la cooperación entre los ámbitos técnico, científico y económico
  • Colaborar con el ámbito de la I+D+i para el desarrollo de soluciones efectivas a las problemáticas identificadas en el castaño.

Control de la avispilla del castaño

Por otro lado, desde la Red Estatal se han mantenido contactos con las organizaciones europeas y los equipos técnicos y científicos para conocer los avances en el control de la plaga de la avispilla. Como resultado, se continua confirmando la efectividad de la metodología seguida en otros estados para superar la plaga de la avispilla, mediante el uso del Torymus sinensis como organismo de control biológico.

La Red Estatal del Castaño lamenta que no hayan asistido al encuentro “ninguno de los investigadores responsables de evaluar la afección a la biodiversidad del uso Torymus sinensis, ni de los grupos que se oponen a la autorización del uso del mismo como método de control biológico, y de esta manera poder conocer de primera mano las líneas de investigación y los resultados obtenidos por los científicos europeos más importantes”.

Esta agrupación nacional subraya que “ya en el encuentro europeo celebrado en 2017 en Italia se puso de manifiesto la pérdida de casi el 100% de la cosecha por culpa de la avispilla en años pasados, lo que pudo haber supuesto el fin del castaño en el país transalpino, y se puso de manifiesto que las sueltas de Torymus sinensis motivadas por la rápida y combinada respuesta del sector, investigadores y administraciones, han contribuido a restituir la producción en dicho país”.

“Sin embargo -apuntan desde la Red Estatal del Castaño- España sigue lejos de garantizar la conservación del castaño, continuando sin autorizar el único método que puede conservar este hábitat de interés comunitario, y que tanta importancia tiene para el medio rural de montaña en España”.

La Red Estatal del Castaño recuerda su reiterada solicitud para que el castaño sea considerado como sector estratégico para las zonas desfavorables de montaña, “ya que son territorios deprimidos desde el punto de vista socioeconómico, y la castañicultura puede revertir esta situación”, precisan.

Para abordar esta problemática, esta agrupación sectorial ha registrado una solicitud para reunirse con el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y solicitar la puesta en marcha de las medidas previstas para la erradicación y control de esta especie invasora mediante la ejecución de un programa de control biológico, único método que se ha revelado eficaz hasta la fecha para el control de este insecto, tal y como han aseverado los expertos reunidos en Plasencia estos días.

Un producto dinamizador de las comarcas en las que asienta

El castaño, que actualmente ocupa una superficie superior a las 300.000 hectáreas en España, es una de las especies cuyo aprovechamiento más recursos genera en las áreas donde está presente. La recogida y comercialización de la castaña es una de las actividades que más beneficio genera en las zonas productoras para sus habitantes  gracias a la venta del producto en fresco y a la importante industria transformadora dependiente del mismo, que tanto empleo genera.

Además no se deben olvidar otras actividades ligadas al sector de las cuales dependen centenares de empleos, como es el de los viveros de producción de planta y del sector de la máquina – herramienta que estaba tomando cierto impulso en el desarrollo de bienes para la modernización del sector. Por tanto, la pérdida de producción de castaña puede representar a nivel nacional no solo una pérdida ambiental y paisajística irreparable sino también la pérdida de puestos de trabajo y de generación de rentas en el medio rural  de nuestro país, algo imperdonable en el estado actual de nuestra economía.

La Red Estatal del Castaño insiste en la urgente necesidad de adopción de medidas y en evitar la pérdida de tiempo; la experiencia acumulada en las regiones de Italia o Francia en los pasados años debe aprovecharse para minimizar las afecciones en España. La inmediata puesta en marcha de las diferentes actuaciones que se pueden realizar para controlar la propagación de la plaga, si se realizan con celeridad tendrán un coste mucho menor que si se espera a la extensión a todas las zonas productoras, reduciendo igualmente la repercusión económica y los daños colaterales de su extensión. El castaño, ya afectado por otras plagas y enfermedades, ha sufrido una importante regresión en las últimas décadas, por lo que esta nueva plaga puede suponer la puntilla final y  hacernos perder este valioso recurso para las generaciones venideras.

La Red Estatal del Castaño la componen la Asociación PROAGOSILGA, la Mesa del Castaño del Bierzo, la Mesa de la Castaña de Extremadura, la Plataforma Andaluza de la Castaña y la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE).

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