Comapa, la empresa investigada por el presunto fraude en la venta de jamón y que había sido denunciada por vender producto polaco como si fuera español, ha presentado concurso de acreedores, con la dimisión en bloque, además, de todo el consejo de administración, que tomó el mando el pasado 11 de abril de 2019.Ahora habrá que ver el impacto que tendrá en el sector su quiebra por las deudas que acumulaba con las entidades financieras y los distintos proveedores.
La empresa, cuyo consejero delegado era Enrique Gil, recordaba en un comunicado que en la junta de accionistas celebrada ese día acordó «relevar de los órganos de administración y dirección a los hermanos David y Jaime Álvarez, debido a una negligente gestión al frente de la empresa», la mayor distribuidora de ibéricos de España, según recoge Javier Romera en eleconomista.es.
La compañía, que tiene una deuda de unos 200 millones, asegura que «esta gestión se significaba por emplear prácticas comerciales e industriales agresivas, no sostenibles y que han puesto en riesgo la viabilidad empresarial de la compañía».
El pasado 20 de mayo, y al amparo de la Ley Concursal, la nueva dirección acordó comunicar al Juzgado el preconcurso de acreedores, con el fin de ordenar la situación de la compañía después de la gestión de la anterior dirección, liderada por David y Jaime Álvarez.
No obstante, durante este período no ha sido posible alcanzar una solución que permita la viabilidad del negocio, motivo por el cual se ha entrado en quiebra y presentado el concurso de acreedores. Durante estos últimos meses, la dirección de Comapa, liderada por Vall Companys, que da ahora un paso al lado, asegura que ha trabajado fundamentalmente en tres líneas de actuación: analizar la situación económica y comercial de la compañía, garantizar las relaciones con las entidades financieras y de gestión de riesgo comercial, y minimizar el impacto del preconcurso en clientes y proveedores.
Vall Companys, que controla el 29,83% de la compañía, anunció la semana pasada que había dado un giro estratégico a la gestión comercial, dejando de vender jamón polaco como si fuera español y eliminando dos de las marcas que habían sido denunciadas por ello, Sierra de la Alpujarra y Trevedul.
que sutil suena eso de «la presion y mala imagen» ,
como si fuerna gratuitas…como si no hub hecho algo
cuando incluso les han protegido desde la Junta d Andalucia del trifachito