La confirmación de un primer caso de xylella fastidiosa en un olivo ha desatado la preocupación del sector, tanto en Madrid, Comunidad que ya ha reconocido oficialmente este caso, como en Andalucía, desde donde ya se mira con auténtica alarma la posibilidad  de que expanda esta plaga a sus cultivos.

Así, UPA Madrid ha pedido «coordinación entre las Administraciones y la cooperación de todos los agricultores» para luchar contra la Xylella fastidiosa y ha anunciado que formará parte del grupo de trabajo creado por la Consejería de Medio Ambiente, acudirá a su primera reunión y celebrará visitas informativas «pueblo a pueblo para que hasta el último agricultor esté informado.

La organización agraria ha mostrado su «profunda preocupación» y ha explicado que «a pie de campo este sentimiento se extiende más allá de los olivareros debido a que esta bacteria supone una amenaza mortal para las especies de cultivos leñosos.

A su vez, UPA Madrid también ha pedido «la máxima cooperación de todos los agricultores». Y es que el papel de estos últimos «es imprescindible a la hora de detectar, diagnosticar y mapear los casos, con el objetivo de conocer la situación real de la plaga». La organización se ha puesto a disposición de todos ellos su red de oficinas y técnico agronómicos. Además, celebrará visitas informativas «pueblo a pueblo para que hasta el último agricultor esté informado».

UPA Madrid ha revelado que «este primer caso de xylella no podía haber aparecido en un lugar peor», ya que se trata de la zona de mayor producción vinícola y olivarera (allí están situados 200.000 olivos del total de millón que hay en la Comunidad de Madrid). Además, la localidad de Villarejo de Salvanés está muy próxima a Castilla-La Mancha, por lo que el alto el riesgo de que cruce la frontera autonómica. Por ello, la organización ya se ha puesto en contacto con las organizaciones regionales de UPA que son limítrofes a la Comunidad de Madrid y con las de zonas en las que ya tienen experiencia combatiendo la Xylella, UPA País Valenciano y UPA Baleares. «Toda la organización está volcada en ayudar a los agricultores ante esta crisis», han concluido desde UPA Madrid.

Preocupación en Andalucía ante el temor de que la plaga se pueda extender y alcanzar a sus cultivos del olivar

Por su parte, el comité ejecutivo de Asaja Andalucía ha mostrado su gran preocupación por la detección de primer caso de xylella en un olivar de Madrid. Pese a que por ahora es sólo una unidad la detectada, la organización reconoce que está inquieta por el hecho de que en un clima frío como el madrileño se haya propagado la bacteria, lo que desmonta la teoría de que la Xylella sólo es proclive al clima cálido.

El presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, pide que “se gane tiempo para Córdoba”. Sin ánimo de alarmar, considera que la provincia debe de estar preparada ante posibles casos de Xylella. Fernández de Mesa felicita a la Junta por los controles preventivos realizados, que hasta ahora han dado resultados negativos, pero insiste en que hacen falta otras medidas más para evitar que, en el caso de que llegue a Córdoba, se propague porque los afectados prefieran ocultarlo.

“Debe haber indemnizaciones establecidas para posibles afectados que cubran las pérdidas, con el fin de que nadie que pueda estar afectado tenga la tentación de callarse, ya que sabemos que la propagación de la bacteria es rápida, por lo que el tiempo es fundamental”, insiste Fernández de Mesa.

COAG advierte de que la enfermedad «antes o después, va a llegar» y pide actuar contra el insector vector

También el responsable de olivar de COAG Andalucía, Juan Luis Ávila, ha hecho una llamada a la calma tras detectarse el primer caso de xylella en un olivo, porque la detección implica que los controles funcionan, pero ha pedido que se reorienten las actuaciones hacia la erradicación de los vectores que la transmiten.

“La bacteria no para de extenderse. Los protocolos basados en eliminar grandes superficies de cultivo no están siendo efectivos. Creo que la lucha contra la enfermedad tiene que ir más dirigida a los vectores que a los árboles afectados. Tenemos que concretar cuáles son esos vectores y buscar estrategias que nos permitan controlar las poblaciones de estos insectos, utilizando todas las herramientas que estén a nuestra disposición… No se le pueden poner puertas al campo. La enfermedad, desgraciadamente, antes o después, va a llegar. Mientras, hay que seguir vigilando, controlando. Pero la bacteria se extiende y los protocolos de erradicación actuales no funcionan”.

Además, Juan Luis Ávila ha recordado que “sería interesante conocer las estrategias que se han desarrollado en aquellos países que llevan años con la enfermedad y que conviven con ella, sin que haya habido que lamentar daños cuantiosos”.

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