La invasión rusa de Ucrania no solo se está dejando notar en España, especialmente en materia de cereales y de piensos para elganado, sino que eleva la incertidumbre y pone en riesgo la oferta mundial de cereales para la presente campaña, según el último informe del Consejo Internacional de Cereales (IGC, en sus siglas en inglés), difundido este jueves.

El IGC, organismo intergubernamental, ha alertado de que ante el conflicto y sus consecuencias en el encarecimiento de materias primas crece la preocupación sobre potenciales riesgos para la seguridad alimentaria, especialmente en países deficitarios en granos como los africanos o los asiáticos de Oriente Próximo.

Rusia y Ucrania figuran entre los líderes mundiales en la exportación de cereales y de oleaginosas, por lo que el IGC advierte de que sus cifras sobre la oferta mundial de cereales son aproximadas, a la espera de ver cómo transcurren los acontecimientos bélicos en las próximas semanas.

La cosecha mundial de cereales alcanzará 2.284 millones de toneladas en la campaña 2021-2022, lo que supone un repunte del 0,13 % respecto a las previsiones de febrero y del 2,88 % respecto a la temporada anterior, según IGC -organismo cuya presidencia ejerce precisamente un representante del Gobierno ucraniano en estos momentos-.

Las amenazas «más inmediatas» son, según el informe, la alteración de los flujos exportadores globales por la suspensión de la salida de cereales de los puertos de Ucrania, si bien desde ese país se intenta sacar el grano por vías ferroviarias, aunque evidentemente el flujo no va a ser el mismo que en tiempos de paz..

En Ucrania se introdujo un sistema de licencias para trigo, maíz y girasol, mientras que se han prohibido los envíos de cebada o centeno.

El IGC señala que las exportaciones de otros orígenes como India, EEUU y Brasil podrían compensar pero solo «parcialmente» la reducción de ventas de la zona del mar Negro (en alusión a Ucrania).

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