Según los datos manejados por ASAJA, en la provincia de León, donde se cultivaron en el año 2023 unas 71.200 hectáreas de maíz para grano y para forraje, el 68% de esa superficie está en fincas en las que se ha cultivado de forma seguida tres o más años (incluido el 2023), por lo que para 2024, con carácter general, tienen que cambiar de cultivo. Esta obligación de rotar las parcelas viene impuesta por la PAC actual, que contempla, entre las medidas de “condicionalidad ambiental reforzada”, la obligación de que todas las parcelas cambien de cultivo al menos al cuarto año. Para ASAJA esta medida será «una auténtica catástrofe que haya que dejar de cultivar  20.000 hectáreas de maíz en 2024 contra la voluntad de los agricultores».

Esta obligación no es exclusiva del maíz, pero en el resto de los cultivos, incluidos los barbechos, las fincas sin rotar en más de tres años son escasas. La incidencia se centra en el cultivo del maíz ya que se trata de una producción que agronómicamente no da ningún problema en siembras reiteradas, y es uno de los más rentables en la agricultura de regadío de la provincia, por lo que la práctica de este monocultivo se ha convertido en una práctica tradicional y habitual en la agricultura  leonesa.

ASAJA CONSIDERA UNA AUTÉNTICA CATÁSTROFE QUE HAYA QUE DEJAR DE CULTIVAR  DE MAÍZ 20.000 HECTÁREAS EN 2024 CONTRA LA VOLUNTAD DE LOS AGRICULTORES

Aunque 48.000 hectáreas llevan tres o más años seguidos de maíz, y teóricamente tendrían que rotar en 2024, algo más de la  mitad de los agricultores y de la superficie, debido al eco régimen al que se acogieron en 2023, y a que las explotaciones de menos de 10 hectáreas se rigen por normas más flexibles, tienen todavía un año más para cumplir con este requisito, por lo tanto el problema a corto plazo (año 2024) se ciñe a unas 20.000 hectáreas.

ASAJA considera una auténtica catástrofe que haya que dejar de cultivar 20.000 hectáreas de maíz en 2024 contra la voluntad de los agricultores,  tratándose de una producción de la que somos deficitarios, y no habiendo una alternativa para ello en términos de rentabilidad equiparable. Además, la temporada de lluvias que ha impedido la recolección del maíz y las siembras de cereal de invierno, ha limitado sobremanera la alternativa de destinar parte de esa superficie al cultivo del trigo, como hubiera sido la opción más viable. No obstante lo anterior, la reducción de las siembras en 2024 no será de las 20.000 hectáreas citadas, pues también entrarán a sembrarse de maíz fincas que ahora estaban cultivadas de remolacha, patatas, cereal, girasol u otros cultivos menores, y estas compensarán parcialmente esa superficie.

ASAJA, que fue la primera en alzar la voz contra esta injusticia, cuando eran únicamente propuestas lo que ahora son reglamentos europeos de obligado cumplimiento, y que se manifestó por esta cuestión ante las mismas puertas del Ministerio de Agricultura en Madrid, llevará hoy este asunto al Consejo Agrario de Castilla y León que se celebra en Valladolid, y exigirá de nuevo una retirada de esta medida tan injusta y perjudicial, aun sabedora de que las posibilidades de éxito son prácticamente nulas.

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