El nuevo reglamento sobre producción ecológica y etiquetado de productos, que entrará en vigor el 1 de enero de 2021, abre oportunidades a los pequeños productores, que podrán unirse en grupos para conseguir certificaciones colectivas, lo que hace que este proceso sea «administrativamente más fácil».

Así lo ha asegurado la directora general adjunta de la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea, María de los Ángeles Benítez, en su intervención en una jornada organizada por la Oficina del Parlamento Europeo en España y celebrada este viernes 22 en Madrid.

En el encuentro, que ha girado en torno a la producción ecológica, también han participado la directora general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Esperanza Orellana, y los europarlamentarios Juan Ignacio Zoido (PP) y Clara Aguilera (PSOE).

Además de esa mayor facilidad para los pequeños agricultores para entrar en el segmento, la nueva normativa simplifica y armoniza las reglas, aporta una competitividad «más homogénea» para los agricultores comunitarios frente a las importaciones de terceros países y abre la puerta a la ecología para productos como la sal o incluso los insectos, ha señalado Benítez.

De acuerdo a sus datos, las perspectivas de crecimiento de este sector son «buenas y halagüeñas», por lo que «todavía hay margen para crecer» en la Unión Europea.

En ese sentido, ha subrayado los trabajos para que la futura Política Agraria Común (PAC) mejore el apoyo a este tipo de producción y la apuesta de los Estados para impulsar su consumo.

se está estudiando cómo lo ecológico «puede ser referente» en modelos productivos «medioambientalmente virtuosos para la nueva PAC»

En declaraciones a Efeagro, Orellana ha resaltado que la agricultura orgánica tiene «mucha importancia» para el Departamento porque España «es líder» en producción en la Unión Europea (UE) y se incluye dentro de los programas de promoción agroalimentaria.

Además, está presente en el objetivo 9 del plan estratégico nacional propuesto, y se está estudiando cómo lo ecológico «puede ser referente» en modelos productivos «medioambientalmente virtuosos» que «es lo que se busca con la nueva PAC».

Por su parte, Clara Aguilera ha admitido que un alimento ecológico es actualmente «interesante», pero «no es fácil» que un productor se anime a cambiar de modelo por las dudas sobre la rentabilidad que le puede reportar durante los primeros años.

En ese sentido, ve la necesidad de aportar no sólo ayudas sino también de facilitar la venta de sus productos en mercados «que pagan más por ellos» o a través de los canales cortos.

«Si no está integrado en una estructura comercial que le dé paso a ese mercado, difícilmente hallará la posibilidad», ha concluido.

Para Zoido, no hay «ninguna duda» de que la ecológica tendrá un lugar «muy importante» en la futura PAC porque es una tendencia creciente que se ha ido asentando en las políticas agrícolas.

En la futura programación 2021-2027, tendrá más protagonismo «si cabe» porque el modelo orgánico es relevante para «frenar el cambio climático».

Zoido ha manifestado su orgullo por el papel de España al «liderar» la producción ecológica: «Creo que continuaremos por ese camino».

El sector agroalimentario de producción ecológica superó en 2018 en la UE los 25.000 millones de euros en ventas minoristas, con 12,8 millones de hectáreas (un +70 % respecto a la superficie de hace diez años), según datos la Comisión Europea.

En cuanto al consumo en los mercados mundiales, se calculó en 92.400 millones de euros en 2017, de ellos 34.000 millones en la UE, con más de tres millones de productores y 90.000 industrias eco.

En España, la superficie ha subido un 7,9 % en 2018, respecto al año anterior, con 2,24 millones de hectáreas, lo que mantiene al país como líder dentro de la UE y cuarto en el mundo; sin embargo, solo se consume una media de 42,19 euros/persona, con cifras de 2017, el decimotercero dentro de la UE.

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