Josep Saló tiene 60 años, es estanquero desde hace 38 años en Mollerussa (Lleida) y desde hace diez expide lotería con una máquina: “Hay gente que no la quiere porque no aparece la virgen y el niño, es un papelote impreso pero el número vale igual”. Uno de sus clientes gastó, él solo, 7.200 euros en 360 décimos del mismo número: el 00750. “Se lo jugó todo a una y ha acertado”, sonríe Saló, que parece ser que es el único que conoce la identidad del vecino de Mollerussa al que la suerte le ha agraciado con 18 millones de euros.

El estanquero es discreto y guarda secretos sobre todo en el “tema de la lotería”, como el lo llama.“Yo soy como un médico, sé quién es el cliente pero mi obligación es no revelar su identidad”, sonríe Saló. Apura un cigarrillo sabiendo que es el único que conoce quién es el nuevo millonario de Mollerussa. Pero Saló no da la conversación por acabada, sabe que puede dar pistas siempre que no acabe revelando nombres y apellidos.

El millonario es agricultor de profesión, un pagès. Una profesión que es de lo más común en esta parte de la Cataluña rural. Un hombre de 64 años. “Estudiaba algún curso más que yo cuando íbamos a la escuela”, da pistas el estanquero a elpais.com.

Hace dos años que el ahora millonario vino al estanco a buscar el 00750 para el sorteo de Navidad. “Entonces no se gastó tanto. No le tocó. Una mañana, hace un par de meses, me preguntó cuantas series tenía del mismo número. Le dije que en la máquina salían 36 series. En total 360 décimos. Me las pidió todas. Por la tarde vino con 7.200 euros y se llevó la lotería”, comenta Saló. “No es tan raro, tú pregunta a cualquier administración grande ya veras como pasan cosas similares”, sigue sonriendo el estanquero.

La máquina de Saló permite imprimir décimo a décimo pero el anónimo pagès de Mollerussa pidió que se las imprimieran por series. 36 papelitos cada uno de ellos por valor de diez décimos. “No tiene empresa ni una gran familia, era todo para él”, admite Saló.

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