El Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias comparte con las organizaciones y asociaciones agrarias el alivio por el rechazo del pleno del Parlamento Europeo a la propuesta de Reglamento sobre el Uso Sostenible de Fitosanitarios, que pretendía reducir el uso de productos fitosanitarios en un 50 % en 2030. pero quiere ir más allá y cree que la introducción de la figura del «prescriptor de productos fitosanitarios» generaría mejores resultados y reduciría su uso

El Colegio respalda la visión de la Unión Europea sobre la sostenibilidad, reflejada en el Pacto Verde Europeo y las estrategias «De la granja a la mesa» y «Biodiversidad 2030». Sin embargo, consideran crucial la incorporación de un enfoque similar al ya existente en los ámbitos sanitarios y de la salud en la cadena de utilización de productos fitosanitarios altamente tóxicos o peligrosos.

Por eso, abogan porque la introducción de la figura del «prescriptor de productos fitosanitarios» podría generar mejores resultados, promoviendo la reducción del empleo de plaguicidas químicos y contribuyendo así a la sostenibilidad de la actividad agraria. Y ven que entre los profesionales más idóneos para desempeñar esta función está el ingeniero agrónomo, dada su formación y capacitación especializada. Este enfoque no solo optimizaría la eficacia, sino que también mitigaría los riesgos y efectos perjudiciales asociados, logrando una agricultura más sostenible y segura.

“En lugar de imponer restricciones de uso de manera apresurada, el rechazo del Parlamento brinda la oportunidad de buscar soluciones más equitativas y eficaces”, ha comentado el decano del Colegio, Francisco González. “Es fundamental fomentar la investigación y el desarrollo de prácticas agrícolas sostenibles que no comprometan la productividad y la seguridad alimentaria”, ha añadido.

ESTABLECIMIENTO DE ALTERNATIVAS EFICACES Y REALES

“El conjunto de los profesionales que integran el sector agrario, y los ingenieros agrónomos como parte de él, estamos absolutamente comprometidos con proporcionar a los ciudadanos una alimentación sana, de calidad, a precios accesibles y producidos de forma sostenible, lo cual también implica una correcta utilización de los productos fitosanitarios, o lo que es lo mismo su utilización con las máximas garantías de seguridad para prevenir cualquier riesgo o daño a la población, a la producción ganadera, a los cultivos y al medioambiente, pero creemos que cualquier decisión relacionada con la limitación al uso de las materias activas disponibles para luchar de manera eficaz contra plagas, enfermedades y malas hierbas, debe ir acompañada del establecimiento de alternativas eficaces y reales que, sin poner en riesgo la estabilidad económica de las explotaciones, permitan garantizar la seguridad alimentaria”, ha señalado el decano del Colegio.

González ha destacado asimismo que “para gestionar adecuadamente al incremento de la demanda de agroquímicos en los próximos años, consecuencia de la necesidad de aumentar la productividad agraria para responder a la creciente demanda mundial de alimentos y del aumento de los daños por insectos y enfermedades a consecuencia del cambio climático, debe procederse a incorporar la sanidad vegetal al concepto de “Una sola salud”, lo que ayudará a conseguir, de una manera más eficaz y completa, la protección de la salud de personas, animales, plantas y medioambiente”.

Desde el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias se viene apostando por impulsar la investigación y la innovación en los ámbitos de la gestión integrada de plagas, de la lucha biológica o del desarrollo de las técnicas de edición genómica, así como por avanzar en la optimización y sostenibilidad de su empleo, con objetivos más realistas, alcanzables y con un periodo de transición adecuado para su implantación.

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