La Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL) ha publicado la cuarta edición de su Barómetro de la industria láctea, una iniciativa destinada a difundir de manera periódica los datos más relevantes del sector y donde recalca «la difícil situación de las industrias lácteas: en medio de la guerra de precios de los supermercados y con una de las leches como materia prima más caras de Europa».
En esta ocasión, el documento pone de manifiesto que España encadena 18 meses con precios de la materia prima situados por encima de la media de la UE, de acuerdo a su contenido de sólidos (grasa y proteína). La materia prima que reciben las industrias lácteas españolas es más cara que en países como Francia, Alemania, Holanda, Dinamarca o Portugal, tal y como avalan los datos publicados por la Interprofesional INLAC, entidad que forman ganaderos, cooperativas e industrias.
Asimismo, recuerdan que, en general, la leche española contiene menos sólidos que en el resto de Europa, hecho que, aunque no afecta en absoluto a la calidad de la leche, sí que repercute en la menor producción de alimentos lácteos que se podrían elaborar con el mismo litro de leche.
«LA FALTA DE COMPETITIVIDAD DE LA LECHE ESPAÑOLA COMO MATERIA PRIMA ESTÁ AFECTANDO A LOS QUESOS, SOBRE TODO, LOS DE VACA Y MEZCLA PRODUCIDOS EN NUESTRO PAÍS»
Cuestiones que están relacionadas con la alimentación de los animales y con la climatología explican que en cada región de Europa la leche tenga una composición diferente de grasa y proteína.
Para FeNIL, «esta falta de competitividad de la leche española como materia prima está afectando, principalmente, a la categoría de quesos, sobre todo, los de vaca y mezcla producidos en nuestro país, que están siendo desplazados en los lineales y sustituidos por quesos importados de bajo valor. Prueba de ello es que durante el primer semestre de 2024 España importó 200.000 toneladas de quesos pulverizando así todos los registros existentes hasta el momento. Ese dato supone un 15% más que en el primer semestre de 2023, año en el que se importaron 173.000 toneladas de quesos, cantidad que era el récord hasta ese momento».
Además, los datos de importaciones publicados por la Agencia Tributaria también reflejan la entrada en España de volúmenes importantes de ingredientes lácteos, como la leche en polvo, que se utilizan en otras industrias alimentarias (pastelería, galletas, helados, etc.). En definitiva, el barómetro destaca que «no solo los quesos nacionales están siendo sustituidos por los de importación, sino que también los ingredientes para la industria alimentaria que se fabrican en nuestro país con leche española».
Por todo ello, consideran que «las industrias lácteas nacionales se encuentran en un momento muy complicado, ya que a una leche como materia prima poco competitiva se unen las estrategias de la distribución consistentes en usar los lácteos como productos reclamo para la atracción de consumidores, sobre todo, la leche líquida UHT».
En palabras de Luis Calabozo, director general de FeNIL, “los altos costes que nos supone la materia prima y la guerra de precios de los supermercados, provocan en la industria láctea española un efecto sándwich que erosiona los márgenes de las compañías, sobre todo de las pymes, y pone en riesgo su rentabilidad a medio plazo”.
Ver el barómetro íntegro aquí.