Ni las altas temperaturas de este verano son suficiente para salvar la campaña de la industria del hielo, que se derrite estos días por el desplome del negocio de la hostelería y ya anticipa una reestructuración del sector que implicará la desaparición de las empresas más débiles.

Productores y distribuidores de hielo ya prevén pasar por su particular «travesía por el desierto» a consecuencia de la pandemia y pese a que en España el consumo de cubitos es muy superior a la inmensa mayoría de países occidentales, sólo comparable con las cifras en Estados Unidos.

Las cuentas son sencillas: los bares, restaurantes, pubs y discotecas representan cerca de seis de cada diez euros de facturación para el sector, que intenta sobrevivir agarrado a las ventas en el supermercado (impulsadas por el mayor consumo dentro del hogar) y el creciente peso del comercio «online» y el envío a domicilio.

EL SECTOR ESPERA MÁS CIERRES A PARTIR DE OCTUBRE, EN TEMPORADA BAJA, YA QUE AHORA HAY MUCHAS COMPAÑÍAS QUE ESTÁN AGUANTANDO PORQUE ES VERANO

Las previsiones de la patronal apuntaban para el cierre del actual ejercicio una cifra de ingresos del entorno de los 600 millones de euros, con un crecimiento superior al 7% respecto al año anterior, pero tras la covid-19 sólo aspiran a mantener entre el 60 y el 70% de las ventas, por lo que se espera rondar los 400 millones.

«Ya se ha detectado que alguna empresa ha cerrado, sobre todo entre las más pequeñas. El sector espera más cierres a partir de octubre, en temporada baja, ya que ahora hay muchas compañías que están aguantando porque es verano, hace mucho calor y el nuestro es un negocio estacional», resume el presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Hielo Alimentario, Miguel Ángel Vázquez.

Presidente a su vez del mayor «gigante» del sector (Procubitos, con cerca de un 16% de cuota según sus propios datos), Vázquez resalta que las compañías que más sufren son aquellas que dependen en mayor medida de la hostelería, mientras que las que son fuertes en el canal supermercado «se están manteniendo».

«El sector de la noche está parado, y en hostelería hemos recuperado un poco de actividad desde la desescalada, pero ahora con esto de los rebrotes y las medidas adoptadas ha vuelto a pararse un poco», certifica.

El dirigente patronal cita como problema añadido la falta de turistas extranjeros, lo que contribuye a bajar el consumo, pese a que España «sigue siendo el país más consumidor de cubitos de hielo de Europa, y con diferencia».

Calcula que cerca de tres cuartas partes del sector son «empresas de carácter familiar» y subraya que, al igual que ocurre en otros productos (como la cerveza, los refrescos o el vino), el margen de beneficio también es superior en la barra de un bar que en el arcón del supermercado.

Como motivo de esperanza señala la pujanza del envío a domicilio a través de plataformas digitales, un canal en el que ya están «trabajando muchos» a través de colaboraciones con firmas como Glovo.

«Hemos detectado que muchos hogares tienen menos espacio que otros años para guardar el hielo en el congelador por adquirir más alimentos cada vez que hacen una compra en la tienda, y por eso están aumentando mucho los pedidos de cubitos a domicilio cuando la gente tiene encuentros con familia o amigos en casa», detalla.

En los últimos años, la tendencia entre los productores se ha dirigido a fabricar un cubito más grande (de entre 65 y 70 gramos de peso, frente a los 55 de 2017) y el sector sigue sin apostar por la exportación.

«Tiene poca incidencia porque el coste logístico sobre el producto es muy alto, y el precio de venta es bajo aunque es verdad que en otros países europeos es algo mayor que aquí», asegura Vázquez, quien apunta no obstante que Procubitos en este sentido es una excepción y sí tiene negocio en mercados fronterizos como Portugal o Francia.

(Texto: Oscar Tomasi / Efeagro)

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