La Guardia Civil ha desarticulado una banda criminal especializada en delitos contra el patrimonio, principalmente en naves industriales y agrícolas, a la que atribuye 214 delitos cometidos en quince provincias, 134 de ellos en Castilla y León.

Así, la denominada como Operación Apostolache, ha culminado con la detención de doce personas e investigadas otras veintiséis, como supuestos autores principalmente de delitos de integración en organización criminal, robos con fuerza en las cosas y sustracción de vehículos a motor.

Según ha informado la Guardia Civil, fue en octubre de 2015 cuando agentes del Instituto Armado de Palencia iniciaron unas investigaciones a raíz del robo en cuatro naves industriales, ubicadas en el Polígono Industrial de Carrión de los Condes (Palencia).

Tenían su centro de operaciones en el País Vasco y desde allí se desplazaban por media España para los robos

Tras el análisis de los indicios en los escenarios de los robos, así como del estudio de posibles hechos similares en otras localidades, los investigadores iniciaron la Operación Apostolache.

La operación centró sus pesquisas sobre un posible grupo de personas asentadas en varias localidades del País Vasco, desde donde se desplazaban para cometer los delitos.

A raíz de estas primeras averiguaciones, análisis y estudios llevados a cabo, se determinó la existencia de un «modus operandi» definido, cuyos supuestos autores formaban parte de una banda criminal especializada en llevar a cabo robos en naves agrícolas e industriales por España.

Para cometer los robos actuaban siempre en horas nocturnas, y accedían al interior de ellas forzando las puertas o ventanas, llegando a realizar en ocasiones butrones en las paredes de las propias naves o simplemente levantando las láminas metálicas de los portones de las naves.

De las naves industriales o agrícolas sustraían todo tipo de maquinaria industrial, herramientas, cable de cobre, ordenadores portátiles, teléfonos móviles, dinero en metálico así como vehículos o furgonetas que se encontraban en su interior.

Una vez identificadas las personas que constituían la banda criminal y obtenidos los indicios suficientes para determinar los diferentes escalones que dentro de la misma desempeñaba cada uno, se establecieron dispositivos de vigilancia que llevaron a su localización y detención. Asimismo, la Guardia Civil identificó los establecimientos donde se había recibido la mayor parte de los efectos sustraídos.

214 delitos en quince provincias, la gran mayoría de ellas en Castilla y León

A lo largo de la investigación se ha podido determinar que esta banda criminal pudo alcanzar unos beneficios económicos de aproximadamente un millón de euros con la venta de los objetos procedentes de los robos.

La Guardia Civil atribuye al grupo criminal investigado la autoría de un total de 214 hechos delictivos por diferentes provincias.

La provincias afectadas son León (35), Zamora (uno), Salamanca (uno) Valladolid (trece), Segovia (seis), Madrid (catorce), Toledo (tres), Soria (doce) Palencia (veintiocho), Burgos (44), La Rioja (diecisiete), Álava (uno), Navarra (quince), Cantabria (veintidós) y Vizcaya (dos).

La Guardia Civil ha precisado que el grupo criminal se encontraba plenamente organizado, con tareas diferenciadas entre sus integrantes. La investigación, dirigida por el Juzgado de Instrucción número 1 de Carrión de los Condes (Palencia), ha sido desarrollada por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Palencia

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