La Guardia Civil ha amplíado las investigaciones por el presunto fraude en el jamón ibérico y ha puesto la lupa sobre las actividades de las sociedades de inspección y certificación que han validado las prácticas de las empresas productoras de jamón y sobre los ganaderos, según ha publicado David Placer en economiadigital.es de fuentes cercanas a la investigación.

Los inspectores del Seprona trabajan desde finales del año pasado en la investigación del presunto mayor fraude de jamón ibérico detectado en España por parte de los cuerpos policiales. Las investigaciones, que se encuentran en fase avanzada, han incluido inspecciones en importantes distribuidores del ibérico, como Comapa y en tiendas Carrefour.
Cabe destacar que la sospecha sobre la existencia de malas praxis en el funcionamiento de las entidades que deben inspeccionar a los productores del ibérico para evitar fraudes se vierte desde el propio sector. Una empresa dedicada a la certificación de productos alimentarios anunció recientemente que abandonaba el sector del ibérico por las prácticas cuestionables que ejecutan algunas empresas.
“¿Hay fraude en el sector? Sí. Basta ver que no paran de aparecer casos en prensa. ¿Las entidades de inspección son conniventes con el fraude? Queremos creer que en general no, pero conocemos casos que sí”, explicó en un comunicado público Matías Romero, director general de Acerta, una compañía que hasta ahora operaba en el sector del ibérico recogido por economiadigital.es.
La certificadora aseguró que “los frecuentes casos de fraude que aparecen en los medios ponen en duda la integridad de las entidades que operamos en el sector y afectan muy negativamente al prestigio de nuestras marcas, pagando justos por pecadores”.
En los últimops tiempos, dos compañías de inspección del sector han sido suspendidas  por irregularidades detectadas en su actuación. Se trata de Certicalidad, una de las mayores operadoras del sector del ibérico, que fue suspendida por ENAC, la entidad encargada de auditar el trabajo de las inspectoras y certificadoras y la compañía Certibérico Charro, que tras cinco meses sin licencia la recuperó posteriormente.
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