La levadura destinada a la elaboración de vino joven se ha utilizado para la producción de vinos con diferentes variedades de uvas tintas, entre ellas Bobal, Garnacha, Graciano, Mazuela, Mencia, Monastrell, Pinot Noir y Tempranillo.
Es una levadura que proporciona vinos glicéricos, densos y redondos, con excelente cuerpo y estructura en boca. Su uso permite un mayor control sobre la fermentación, favoreciendo la expresión de notas típicas de frutos rojos.
La levadura para vino de guarda es una levadura testada en elaboraciones con variedades como: Bobal, Cabernet Sauvignon, Garnacha, Graciano, Malbec, Mazuela, Mencia, Merlot, Monastrel, Syrah y Tempranillo.
Esta levadura se caracteriza por presentar una elevada capacidad autolítica, que favorece la estabilidad del color y reduce la astringencia, ofreciendo tras la guarda un vino equilibrado, con matices de frutos rojos y con intensidad media-alta de color, dependiente del tipo de uva, añade en el mismo comunicado.
Estas dos nuevas levaduras completan la gama de Levaduras Premium que ofrece la empresa alavesa para la elaboración de vino.
Dentro de esta gama se encuentran dos levaduras autóctonas: Levadura autóctona de Rioja Alavesa y Levadura Autóctona de Rioja, lanzadas al mercado en anteriores vendimias.
Hasta la fecha, la mayoría de las bodegas han recurrido a levaduras comerciales, procedentes de Francia y Australia, que si bien lograban evitar posibles alteraciones microbiológicas en las uvas, provocaban "una desnaturalización y estandarización de los aromas y sabores propios de los caldos nacionales", ha afirmado.
Las levaduras premium de Guserbiot aportan un valor añadido a las bodegas, al tratarse de levaduras "no genéricas", aisladas y seleccionadas para la elaboración de diferentes caldos, concluye.