El pasado 2 de noviembre comenzaba a recibir remolacha la fábrica azucarera de Miranda de Ebro, una campaña que tuvo que interrumpirse solo un mes después, el 3 de diciembre, debido a las intensas lluvias caídas durante varias semanas. No fue hasta el 4 de enero cuando pudo volver a abrir sus puertas, tras garantizarse el arranque de la raíz, lo que permitió, a su vez, ganar riqueza a la remolacha que se encontraba en la tierra. Y así, después de 48 días de actividad, heste viernes 21 se ha dado por concluida la recepción de remolacha con la entrada de los últimos camiones, y con buenos resultados, al superarse al final las 100 toneladas tipo por hectárea, según señala Azucarera en una nota.

A lo largo de todo este tiempo, la fábrica mirandesa ha recibido más de 190.000 toneladas de remolacha, en una campaña que puede considerarse de buena al superar las 100 toneladas tipo por hectárea en cuanto a rendimientos medios y con una polarización de 17,2 grados.

Igualmente, cabe destacar el traslado de 6.000 toneladas de remolacha a la azucarera de Toro, en la provincia de Zamora, debido a que Azucarera da la opción a sus remolacheros de cosechar la raíz cuando se encuentra en el estado óptimo, gracias a la apertura escalonada de sus tres fábricas del norte. De hecho, la fábrica azucarera de La Bañeza abrirá el próximo lunes, 24 de enero, tan solo dos semanas más tarde del cierre de la fábrica de Toro, en la provincia de Zamora.

Los buenos resultados obtenidos demuestran que se ha recuperado el alto potencial productivo de las zonas remolacheras tradicionales de Miranda de Ebro, en especial en La Rioja y Álava, debido no solo a un escalonamiento de las siembras, sino además a la gran adaptación al terreno que demuestra la remolacha, a un desarrollo del cultivo sin plagas ni enfermedades importantes y al uso de variedades de semilla de última generación que, por primera vez en los últimos años, ha permitido un excelente control de enfermedades foliares con una alta incidencia como la cercospora.

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