La DO Bizkaiko Txakolina ha producido cerca de 1,5 millones de litros en 2023, un 18,5% menos que el ejercicio anterior, a partir de la recolección de más de dos millones de uva. La reducción se debe a la «diversidad climática» sufrida a lo largo del ciclo vegetativo, con una primavera que parecía verano y un verano que parecía primavera», según ha explicado el presidente del Consejo Regulador, Garikoitz Ríos.

Este miércoles se ha presentado en el campo de fútbol de San Mames la añada correspondiente a 2023 de la DO Bizkaiko Txakolina, que celebra también este año su treinta aniversario y agrupa a 36 bodegas y 172 viticultores.

La calidad de la añada ha resultado «buena, con un carácter atlántico destacable, cuyos vinos son frescos, equilibrados en grado y acidez y de largo recorrido», según ha precisado Ríos.

Del txakoli producido, un 5 % se exporta al extranjero, principalmente y por este orden a Estado Unidos, Países Bajos, Japón y Noruega.

Al acto de presentación del añada al asistido la consejera vasca en funciones de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantza Tapia, y la diputada foral vizcaína de Medio Natural y Agricultura, Arantza Atutxa.

También han estado presentes los «mezulari» (mensajeros) Nagusi y de Honor nombrados este año, que son, respectivamente, la actriz basauritarra Itziar Ituño, y Antón Chapartegi, secretario general del Consejo Regulador jubilado recientemente.

Para el ritual del descorche de la añada se ha elegido el txakoli Garena, cuyas uvas crecen en el municipio de Dima a 260 metros de altitud sobre unas fuertes pendientes orientadas al sur y en una parcela ubicada entre los parques naturales de Gorbea y Urkiola.

Según ha explicado la sumiller encargada del descorche, Uritz Lejarcegui, del restaurante Andra Mari, este vino es «limpio, brillante, transparentes y con irisaciones verdosas, y al paladar resulta fresco, vibrante y con un final amargo que invita a seguir bebiendo».

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