La depreciación media del cereal ya supera el 27% en el último año, según la mesa de cotización de este producto en la Lonja de León, que lleva dos semanas sin ofrecer nuevos precios en solidaridad con la movilización agraria. Ese porcentaje, sin embargo, puede resultar engañoso, ya que la avena ha perdido el 11,5% en los últimos doce meses, lo que tira a la baja de ese promedio. Pero la mayoría de los cereales ronda una depreciación del 30%, e incluso mayor, como es el caso del centeno (-34%), la cebada (-31%) y el trigo (-30,5 %).

El descenso de la cotización de la avena, que es casi una tercera parte del registrado en otros cereales, es menos acusado debido a que se trata de un producto más secundario en el mercado nacional y, sobre todo, a que no se efectúan importaciones tan masivas e incontroladas como , según viene denunciando desde hace meses ASAJA Palencia, lo que está perjudicando severamente los ingresos de nuestros agricultores.

Cabe recordar que los insumos para la producción en la pasada campaña no se han reducido en esa proporción, lo que se une a los bajos rendimientos por la sequía, por lo que la rentabilidad de las explotaciones se resiente al punto de verse amenazada.

Muchos profesionales de cereal de secano estima que este año, con los precios a los que está bajando el mercado, tendrían que cosechar en torno a los cuatro mil kilos por hectárea para no cultivar a pérdidas, un rendimiento que en no pocas parcelas de secano ni siquiera alcanzan en años de bonanza.

Según un reciente avance del Ministerio de Agricultura, las compras en el exterior de cereales podrían superar esta campaña los veinticuatro millones de toneladas, cifra que duplica con creces la producción estimada de estos productos en la pasada campaña en España (unos 11,6 millones de toneladas), y que supone un incremento de la importación de más del 13 % con respecto a la anterior.

UNOS CIEN EUROS MENOS LA TONELADA EN EL CENTENO Y 94 EN EL TRIGO

Dentro de la depreciación media del cereal, el centeno acumula en el último año una bajada del 34% y ya se paga en la Lonja de León a 186 euros/tonelada, prácticamente cien euros la tonelada menos que hace un año. Noventa euros la tonelada ha perdido en el último año la cebada: si en febrero de 2023 se cotizaba a 293 euros/tonelada, el último precio marcado en la lonja leonesa hace ya más de medio mes fue de 203 euros/tonelada, con una caída interanual del 30,7%.

Dos décimas menos (-30,5%) es la depreciación del trigo en ese mismo mercado, que ahora cotiza la tonelada a 214 euros, frente a los 308 euros de mediados de febrero de 2023. El maíz también registra un importante descenso interanual (- 29,3%), producto afectado igualmente por las importaciones descontroladas, y se sitúa ya en los 215 euros/tonelada, unos noventa menos que hace un año.

EL GIRASOL VUELVE A LA NORMALIDAD PERO SE PAGA AHORA LO MISMO QUE HACE DÉCADA

Por su parte, el girasol lleva toda la actual campaña a unos precios más o menos estables en torno a los 370 euros/tonelada, y cinco más en el caso del alto oleico. A finales de septiembre, cuando la Lonja de León retomó la cotización de esta mesa, arrancó a unos precios ligeramente superiores: 375 euros/tonelada el girasol convencional y 385 euros/tonelada el girasol alto oleico.

En este caso, sin embargo, no sirve de referencia el precio interanual, sino el que se marcó el 9 de noviembre de 2022 en la última sesión de la anterior campaña. Aquel día, el girasol alto oleico se cotizaba a 710 euros/tonelada y el convencional a 630 euros/tonelada, por lo que los descensos acumulados ya superan el 47% y el 41%, respectivamente.

Cabe recordar, no obstante, que 2022 fue un año anómalo en el girasol, debido al desabastecimiento por la guerra de Ucrania, país suministrador entonces del 60 % del aceite de girasol que consume España. La tonelada llegó a situarse en el entorno de los mil euros, pero ya al acabar la anterior campaña se redujo su cotización aproximadamente un tercio, y la actual arrancó con otro sensible reajuste. Pero tampoco conviene perder de vista que hace prácticamente una década, en la campaña de 2015, ya se pagaba el girasol prácticamente a los precios actuales (alrededor de 362 euros/tonelada)

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