Las granizadas y lluvias de los últimos días, así como las heladas de la segunda quincena de marzo han afectado sobre todo a las zonas altas y a las variedades tempranas. Aun así, en cuanto a volumen, se espera una campaña parecida a la del año pasado. Durante los primeros días de abril saltaron las alarmas en las zonas altas del Valle, donde comenzaron a verse árboles dañados en cotas superiores a los 900 metros, pero sobre todo a partir de los
1000.Finalmene, las previsiones señalan que habrá un retraso y merma en algunas zonas, pero menos de lo esperado.

Los técnicos de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte comenzaron a estudiar estos daños, y tras una evaluación técnica, han determinado que la mayor parte han sido a consecuencia de las desafortunadas condiciones meteorológicas del último mes.

Tras un invierno muy suave, con días de febrero y marzo por encima de los 20 grados, la floración llegó relativamente temprano. Pero a partir de marzo, la tendencia meteorológica cambió y la alta humedad (90-97%) y las bajadas de temperatura, que en algunas zonas ha llegado a situarse bajo cero (16 y 31 de marzo), han debilitado algunos árboles de numerosas parcelas situadas en esas zonas hasta el punto de enfermar.

Los técnicos de la Agrupación de Cooperativas tomaron muestras de tejido dañado, en una parcela de la Sierra de El Torno, y las enviaron al Laboratorio del Servicio de Sanidad Vegetal para comprobar la presencia de hongos y bacterias. Según el diagnóstico de estas muestras por parte del laboratorio, el resultado para monilia ha sido negativo, aunque positivo en bacterias. Por tanto, las heladas y lluvias ocurridas los últimos días de marzo han sido las principales responsables de los daños presentes en las flores y frutas recién cuajadas. Además, se dieron condiciones favorables (temperaturas bajas y humedad relativa alta > 90%) que provocaron infecciones de bacterias cuyo ataque ha sido más o menos intenso en función de la carga bacteriana de cada árbol y/o parcela.

Las parcelas más dañadas son las situadas en las zonas más altas, la mayoría de ellas en Piornal. En menor medida pero también con afectación destacada, se han visto las zonas altas de Rebollar, Navaconcejo, Cabezuela o El Torno. Se calcula que los daños pueden estar sobre el millón de kilos de cerezas, una cifra menos de lo esperado, de los veinticuatro millones de producción potencial que pueden obtenerse en una campaña.

La lluvias y granizos de los últimos días han dañado sobre todo a las variedades más tempranas, que deberían empezar a recolectarse ahora. Aunque las tardías, también pueden verse mermadas por las heladas. La evolución meteorológica en las siguientes semanas, será decisiva para ver si los efectos son menos de los esperado.

Según las condiciones actuales, se espera que la cosecha arranque a primeros de mayo. Se sigue esperando una campaña buena en volumen y calidad. Las previsiones son recoger más o menos los mismos kilos que en la campaña anterior.

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