La Comisión Europea (CE) ha planteado abrir aún más las importaciones una serie de productos pesqueros y agrícolas no sensibles de Estados Unidos a cambio de lograr la exención arancelaria para el sector automovilístico de la UE. Para ello, ha propuesto este jueves 28 dos medidas para reducir aranceles a importaciones estadounidenses, lo que permitiría aplicar de forma retroactiva desde el 1 de agosto el acuerdo logrado con Estados Unidos que limita los aranceles al 15% generales a productos de la Unión Europea.

La primera medida propone eliminar los aranceles a los productos industriales estadounidenses y dar un acceso preferencial al mercado comunitario a una serie de productos pesqueros y agrícolas no sensibles de Estados Unidos, mientras que la segunda defiende prolongar el trato libre de aranceles para la langosta, incluyendo ahora además la langosta procesada, explicó la CE en un comunicado.

“Estas propuestas son los primeros pasos para dicha implementación y garantizan la exención arancelaria por parte de EE. UU. para el vital sector automovilístico de la UE con carácter retroactivo desde el 1 de agosto”, indicó el Ejecutivo comunitario.

Hace una semana, Bruselas y Washington publicaron una esperada declaración conjunta en la que precisaron por escrito los términos del acuerdo político al que llegaron en julio pasado en Escocia para evitar una guerra arancelaria, en la que el presidente estadounidense, Donald Trump, había amenazado con tarifas del 30% a la mayoría de importaciones europeas.

Según ese texto, EE. UU. aplicará un arancel tope del 15% a los bienes europeos, incluidos los automóviles, aunque esa rebaja solo se aplicaría cuando el bloque europeo hubiese tomado medidas para reducir a su vez los que impone a Estados Unidos.

Las medidas propuestas por la CE deberán ahora ser aprobadas por el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE en el marco del procedimiento legislativo ordinario antes de que las reducciones arancelarias comunitarias puedan entrar en vigor.

Para la Comisión, estas medidas “contribuyen a restablecer la estabilidad y la previsibilidad en las relaciones comerciales y de inversión entre la UE y Estados Unidos, en beneficio de las empresas, los trabajadores y los ciudadanos de ambos lados del Atlántico”.

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