La Comisión Europea (CE) aseguró este miércoles 15 que reanudará a partir del próximo verano el debate con los Estados miembros sobre la aprobación del glifosato y aseguró que el proceso está aún abierto tras la opinión emitida por la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), que declara que no es cancerígeno aunque aún no es oficial, por lo que se mantendrá el uso del glifosato sin prohibiciones hasta dentro de prácticamente un año (los meses hasta verano y los seis meses que tardará la ECHA en oficializar su estudio).

La ECHA informó de que no ha hallado evidencias de que el glifosato, el herbicida más utilizado en todo el mundo, sea cancerígeno o cause problemas graves de salud, como denuncian varias organizaciones.

La CE se da de plazo seis meses a partir del que el informe de la ECHA sea oficial para decidir definitivamente sobre su uso

«La Comisión toma nota del anuncio del Comité de Evaluación de Riesgos de la ECHA, que ha logrado un acuerdo basado en evidencia científica al clasificar el glifosato como no cancerígeno», dijo a Efe el portavoz comunitario de Salud Pública y Seguridad Alimentaria, Enrico Brivio.

Brivio especificó que «este no es el final del proceso en la ECHA» puesto que la opinión, aún provisional, debe ser ratificada y posteriormente enviada formalmente a la CE, algo que espera para «antes del verano».

A partir de ese momento, «deberá tomarse una decisión, como muy tarde, a los seis meses de recibir esa opinión», explicó.

Desde la Alianza por la Salud y el Medio Ambiente (HEAL, en sus siglas en inglés), calificaron la decisión como «decepción» y contradictoria con la opinión de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que lo consideró como «probable cancerígeno».

«La salud pública va a perder una oportunidad importante para la prevención del cáncer. Los índices de cáncer pueden descender retirando químicos peligrosos del mercado», afirmó la directora ejecutiva de la organización, Génon K. Jensen.

Pese a la opinión negativa de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, que forma parte de la OMS, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) concluyó en noviembre de 2015 que no hay evidencias científicas del vínculo entre el glifosato y esa enfermedad.

La Comisión Europea esperaba la opinión de la ECHA para decidir qué pasos dar tras ampliar la aprobación del glifosato por 18 meses, hasta finales de 2017.

Greenpeace cree que esta decisión puede «dar luz verde a una nueva licencia de 15 años para el herbicida»

El Ejecutivo comunitario propuso también restringir las condiciones de el uso del glifosato en la UE, entre ellas la prohibición del coformulante (principio no activo en pesticidas) PAO-taloamina, minimizar el uso de la sustancia en parques públicos, terrenos de recreo de niños y jardines, y reforzar el escrutinio del uso de glifosato antes de las cosechas.

Por parte de Greenpeace, apuntaron que esta decisión puede «dar luz verde a una nueva licencia de 15 años para el herbicida más agresivo», que reiteró como «probable causa de cáncer».

«Para llegar a esta conclusión la ECHA ha rechazado evidencias científicas de cáncer en animales de laboratorio y ha ignorado las advertencias de más de 90 científicos independientes», alegó la directora de política alimentaria de Greenpeace Europa, Franziska Achterberg.

En este sentido, consideró que la ECHA «ha hecho caso omiso» a los estudios de la OMS y recordó que, según la legislación europea, «las sustancias presumiblemente cancerígenas no pueden ser autorizadas para su uso, a no ser que su exposición a humanos sea insignificante».

La organización menciona además «conflictos de interés» en el comité responsable de la evaluación del glifosato en la ECHA.

El uso del glifosato cuenta con una fuerte oposición ciudadana, según quedó reflejado en una petición impulsada por varias organizaciones que ha logrado reunir a más de medio millón de firmas para exigir la prohibición del glifosato.

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