La D.O.P. Aceite Sierra de Cazorla ha concluido la campaña oleícola 2023/2024 y ha determinado que la producción se encuentra entre la horquilla que se estimó a principios de verano, cuando las estimaciones hablaban de una producción entre los 50 y los 70 millones de kilos de aceituna. La cifra definitiva y final ha sido de 67 millones de kilos de aceituna.

Esta cifra dista mucho de una campaña media, tal y como explica el técnico y secretario en funciones del Consejo Regulador, Baltasar Alarcón, “las cifras de una campaña media han rondado habitualmente en los 180 millones de kilos de aceituna; ya el año pasado tuvimos 84 millones de kilos y este año han sido esos 67 millones de kilos de aceituna, con lo cual la bajada es muy considerable”.

“Estamos ante una campaña muy complicada, debido a la baja producción”, matiza Alarcón, “y siempre que esto ocurre es necesario redoblar los esfuerzos para intentar producir la mejor calidad posible”.

11,5 MILLONES DE KILOS DE ACEITE

Respecto a los rendimientos, han sido más bajos de lo esperado. En concreto el rendimiento de laboratorio ha sido de media un 19% de rendimiento graso, lo que se traduce en un 17% de rendimiento industrial. “No se extrae de la aceituna el 100% del aceite, hay que contar con que con los orujos algo se pierde, por eso es necesario diferenciar entre el rendimiento de laboratorio y el industrial o en bodega”.

Esto supone que en kilogramos de aceite, la producción se encuentra en los 11,5 millones kilos.

“El rendimiento medio ha estado dentro del orden de entre 3 y 4 puntos porcentuales por debajo de lo que suele ser normal, lo que se traduce en pobres rendimientos grasos en la cosecha actual”.

Esta situación ha sido debida, fundamentalmente, por la climatología, por la situación de sequía que padece el campo, “esta situación ha predispuesto a la planta a verse más afectada por los golpes de calor que ha habido a destiempo y en momentos vitales para el desarrollo de la cosecha, como ocurrió en el mes de abril en plena floración y a finales de septiembre y principios de octubre en plena lipogénesis y desarrollo final del fruto”, explica Baltasar Alarcón.

“Realmente en términos generales en el sector se está con los dedos cruzados, esperando que revierta la climatología, y desde el Consejo seguimos trabajando en el acompañamiento y asesoramiento de nuestras almazaras y asociados, para que sigan produciendo aceites de calidad, a pesar de la situación tan complicada por la que atravesamos”.

ACEITE CERTIFICADO

Respecto al aceite certificado de la presente campaña 2023 – 2024, aún es pronto para saber ese dato. Baltasar Alarcón explica que “la valoración del producto que se ha utilizado con Denominación de Origen directamente envasado se realiza cuando termina el año, en torno a noviembre; es un dato que nace a lo largo de los próximos meses, conforme se van evaluando cómo aguantan los aceites en bodega y se comprueba que el listón de la calidad se sigue manteniendo a lo largo del ciclo de envasados con los aceites producidos durante esta campaña”.

En las últimas campañas, la media ha oscilado en torno a los 2 y 3 millones de kilos de aceite envasado con Denominación de Origen. “Todo esto depende de los vaivenes del mercado, pero lo que sí podemos decir es que todas nuestras almazaras han conseguido producto suficiente para hacer frente a los compromisos comerciales que tienen tradicionalmente”.

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