La camelina se está convirtiendo en una alternativa para la rotación con el cereal y va conquistando terreno y las previsiones apuntan a que se superarán en esta campaña las 4.100 hectáreas sembradas el año anterior. Las razones por las que este cultivo crece son varias. La camelina es un cultivo rústico que aguanta muy bien la sequía y las heladas, por lo que se realiza su siembra en otoño.

«La gran ventaja frente a otras oleaginosas de siembra otoñal es que se puede sembrar desde el 15 de octubre hasta finales de noviembre», comenta Aníbal Capuano, director técnico de Camelina Company España (CCE). Con los precios del cereal y el girasol bajos, los agricultores buscan alternativas que les proporcionen más rentabilidad y unos costes más reducidos, según recoge Enrique palomo en eleconomista.es.

una empresa no sólo ayuda en su seguimiento técnico, sino que garantiza la compra de la totalidad de la cosecha

Es el caso de Manuel López, de Pajarón (Cuenca), que lleva dos años apostando por este cultivo y con la intención de seguir aumentando hectáreas: «Con este escenario de precios tienes que buscar alternativas. La camelina se ha adaptado muy bien a nuestra zona y el coste por hectárea es mucho menor que otros cultivos, por lo que obtengo más rentabilidad».

CAMELINA 2Además, tiene una buena salida, ya que Camelina Company España realiza contratos con agricultores para la siembra de camelina, proporcionando sus variedades exclusivas, seguimiento técnico, así como la garantía de compra de la totalidad de la cosecha. El principal producto que Camelina Company produce a partir del cultivo es aceite de camelina, una materia prima sostenible para la producción de bioqueroseno para aviación. El otro, es harina de camelina, una materia prima de alta calidad por su elevado contenido en proteína, empleada en la producción de piensos para alimentación animal.

El precio del grano para la campaña agrícola 2015-2016 fue de 348 euros/Tm (6-8 por ciento humedad y 8 por ciento impurezas). La producción del cultivo de camelina suele ser la mitad que la producción del cereal en las mismas condiciones de manejo de cultivo -misma parcela, mismo abonado, aplicación de herbicida graminicida, etc.-. Con la cebada a 23 céntimos/kilogramo y la camelina a 58 céntimos/kilogramo, producciones de cebada de 4 Tm/hectárea equivalen a 1,5-1,6 Tm/hectárea de camelina.

Los rendimientos de camelina tienden a ser más bajos o similares que los de otras especies oleaginosas como la colza o el girasol bajo condiciones de precipitación óptimas, pero sus costes de producción son menores y el precio del grano ha sido mayor en las últimas campañas agrícolas.

Por ello, la camelina constituye una excelente alternativa para terrenos de barbecho, así como cultivo de rotación con el cereal tradicional, especialmente en aquellas regiones en las que no existe alternativa oleaginosa para la rotación.

Otra de sus ventajas más apreciadas es precisamente su capacidad para limpiar las parcelas

Para López, la camelina también ha supuesto la solución a los problemas que tenía con los animales que devoraban sus cultivos. «Convivimos con corzos, ciervos, y demás fauna silvestre que me comían la cosecha y con la camelina no me pasa, no les atrae», afirma.

Para la siembra del cultivo de camelina no es indispensable la siembra sobre barbecho, ya que se puede sembrar en los meses de octubre-noviembre, fecha en la que las malas hierbas han germinado y el agricultor ha podido preparar el terreno de forma correcta para la implantación del cultivo. Otra de sus ventajas más apreciadas es precisamente su capacidad para limpiar las parcelas, ya que es una planta que compite muy bien con ellas.

CAMELINA 3«Si nace bien te limpia las parcelas de vallico, bromo, etc. Si las condiciones no acompañan, el coste del herbicida es menos de la mitad del que tienes que comprar para el cereal», asegura este agricultor de Cuenca. De la misma opinión es Santiago Marco, de Torremocha de Jiloca (Teruel): «Es una solución contra las malas hierbas, porque les hace una fuerte competencia y no se desarrollan», explica este agricultor que siembra de media unas 40 hectáreas al año.

Para Marco, otro valor de la camelina es su raíz pivotante que penetra mucho más abajo que la de cereal, aprovechando los nutrientes a los que este último no llega. «Te descompacta el terreno y deja la tierra para el año siguiente en muy buenas condiciones», señala este productor.

El manejo de este cultivo es sencillo y la maquinaria que se necesita es la misma que requiere el cereal. «Lo único que hay que tener en cuenta es que a la hora de la siembra ésta debe ser poco profunda», advierte Santiago Marco. La densidad de siembra recomendada es de 8 kg/ha mediante un sistema de siembra de micro-semilla, en línea a chorrillo, con separación de 12,5-22,5 cm entre líneas. En cuanto a la profundidad de siembra, es una siembra superficial, que deberá ser menor de 1 centímetro. Normalmente se visualizará hasta un 10 por ciento de la semilla en superficie.

Adicionalmente, la camelina figura dentro de la Ayuda Asociada a los Cultivos Proteicos de la nueva Política Agrícola Común 2015-2020, para los municipios cuyo rendimiento del plan de regionalización productiva (IRC) sea superior a los 2.000 kilos por hectárea, con un importe de la ayuda que ronda los 40 euros por hectárea para las oleaginosas. Los importes podrán variar dependiendo de las superficies cultivadas en el conjunto del Estado. En el caso de las oleaginosas, se establece un límite de cobro de 50 hectáreas por expediente.

(Fotos y más información: Camelina Company España)

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