La emergencia sanitaria provocada por el Covid-19 está pasando una elevada factura a numerosos sectores agrícolas y ganaderos. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) subraya que los productores de hortalizas de la huerta valenciana, como alcachofas, chufas y verduras orientales, atraviesan problemas de comercialización debido a la drástica caída de la demanda derivada del cierre de la restauración y el turismo, así como de la supresión de mercados de proximidad en decenas de municipios a pesar de que la Delegación del Gobierno autoriza su restablecimiento.

Tanto es así que varios horticultores consultados por la organización agraria se están viendo obligados a destruir hasta el 30% de sus cosechas porque no encuentran una salida comercial antes de que las plantas completen su ciclo vegetal y maduren en exceso.

El caso de las verduras orientales cultivadas en la zona de El Perelló resulta especialmente significativo. Este tipo de hortalizas cuenta habitualmente con una demanda constante, e incluso al alza, por parte de propietarios de restaurantes y ciudadanos originarios de China que residen en toda Europa. Las restricciones extendidas tanto a España como a otros países del continente han supuesto un frenazo de las compras hasta el extremo de no cubrir todas las hortalizas plantadas en los invernaderos. Esta situación se suma a las pérdidas que los horticultores de esta comarca ya sufrieron por la borrasca Gloria a inicios de año.

Otro cultivo que también está experimentando un estancamiento de las compras y una caída de la demanda de hortalizas es la alcachofa, la cual venía recibiendo precios razonables en lo que llevaba de temporada a causa de su excelente aceptación entre los consumidores. Asimismo, el descenso del consumo de horchata pone en evidencia la incidencia sobre el cultivo de la chufa, aunque AVA-ASAJA constata un menor impacto porque esta materia prima se considera un superalimento por sus propiedades nutricionales y, como tal, se está asentando en las dietas saludables de medio mundo.

En cuanto a las cebollas y patatas, todavía es pronto para conocer cómo el estado de alarma afectará a la fluidez del mercado, pero AVA-ASAJA considera que no deberían producirse dificultades porque en la cesta de la compra se trata de productos de primera necesidad o de gran consumo. Únicamente en las parcelas de cebolla cuya recolección se efectúa más temprano los agricultores advierten de problemas para desplazar a los trabajadores, puesto que la legislación limita el número de usuarios a dos en turismos y a tres en furgonetas, siempre respetando la distancia de seguridad.

Estas consecuencias perjudiciales se repiten en otras hortalizas españolas que no tienen en las grandes cadenas de la distribución alimentaria su principal canal de comercialización y que, tras un primer momento puntual en el que los ciudadanos hicieron acopio de alimentos, ahora están registrando un efecto rebote con una menor demanda.

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