UPA-UCE Extremadura ha alertado de que el sector apícola atraviesa uno peores años de la década debido a la escasa cosecha de miel y polen y a los efectos de la varroa. Desde esta organización agraria señalan que la campaña comenzó con una reproducción de colmenas positiva, teniendo en cuenta que en 2019 hubo una alta mortalidad de enjambres. Además, mantienen que la recolección de miel ha sido “nefasta” durante los meses de abril, mayo y junio y, dado las altas temperaturas de este verano, estiman que los próximos meses continúe muy por debajo de lo normal.

“Los efectos del cambio climático se acentúan cada año. Las floraciones no duran nada y, además, tenemos cambios bruscos y subidas prolongadas de temperaturas que perjudican gravemente nuestra actividad”, mantiene el responsable apícola de UPA-UCE, Antonio Prieto.

Otro de los grandes problemas que padece la apicultura en estos momentos es la varroa, que continúa arrasando con las colmenas, así como el abejaruco que en estos días es todavía mucho más virulento. “No somos capaces de controlar esta enfermedad y, en poco tiempo, se ha convertido en el gran problema de la apicultura porque los métodos que tenemos para erradicarla no dan resultados para afrontar esta enfermedad con garantías”, lamenta Prieto.

UPA-UCE reclama a las administraciones “más compromiso y mayores esfuerzos” para que habiliten productos sanitarios que puedan controlar la enfermedad de la varroa. “Necesitamos que se agilicen las ayudas del sector para hacer frente a las pérdidas que tenemos que asumir los productores”, apunta Prieto.

Además, la apicultura sigue arrastrando unos precios ruinosos, sin previsión de que puedan mejorar ya que tampoco hay demanda de miel en el mercado. “Seguimos demandando un etiquetado claro para nuestras mieles para que el consumidor pueda valorar y diferenciar el producto que está comprando”, destacan desde UPA-UCE.

Cabe recordar que este panorama afecta gravemente a una región como la nuestra ya que Extremadura es la primera comunidad en censo de colmenas con 650.000, concentra a 1.500 apicultores y es la primera región productora de polen.

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