Una tesis doctoral, elaborada en el seno del Instituto Universitario de Gestión Forestal Sostenible (iuFOR) de la Universidad de Valladolid, analiza las estrategias de reproducción en los pinares ibéricos en busca de alternativas de gestión que se puedan aplicar para frenar el cambio climático.

La capacidad de los árboles para sobrevivir en el medio plazo a las nuevas condiciones climáticas dependerá de la existencia de variación genética suficiente, del intercambio de información genética entre poblaciones y de su capacidad de adaptación, ha explicado en un comunicado la investigadora del iuFOR Ruth Martín.

De ahí que el objetivo principal de su tesis haya sido comparar cómo distintos ambientes, más o menos favorables, condicionan la capacidad de adaptación de un pino mediterráneo, y demostrar que la gestión forestal puede ser «la mejor aliada de la regeneración natural del bosque frente al cambio climático».

«Comprender cómo interactúan estos factores ambientales y genéticos es un reto…»

Para ello, se ha centrado en dos caracteres de adaptación al fuego: la serotinia -el que las piñas se mantengan cerradas a pesar de estar maduros los piñones- para construir una reserva de semillas que asegure la regeneración tras fuegos de copas intensos; y el espesor de corteza, que aisla los tejidos vivos del interior del tronco para que no se quemen, permitiendo la supervivencia de los árboles adultos frente a incendios.

«Comprender cómo interactúan estos factores ambientales y genéticos es un reto fundamental para prever la respuesta de estos bosques bajo los nuevos escenarios ambientales que presenta el cambio climático», ha explicado la investigadora.

SE DEBEN considerar También aquellos rasgos directamente relacionados con la adaptación al fuego

El resultado indica que los ambientes limitantes para el crecimiento de esta especie aceleraron la liberación precoz de semillas sin fuego y disminuyeron la asignación de recursos a la corteza, con menos protección de los árboles adultos, un rasgo de adaptación al fuego muy poco estudiado en especies de coníferas.

Esto podría aumentar el riesgo de muerte por incendios moderadamente intensos en los bosques de pino carrasco y disminuir la probabilidad de supervivencia de esta especie en el futuro.

De esta forma, sus resultados confirman que no sólo se deben considerar los rasgos de crecimiento o reproducción en el manejo forestal sostenible y en los programas de conservación, sino también aquellos rasgos directamente relacionados con la adaptación al fuego, para conseguir una mejor conservación y gestión, que mantenga el potencial de adaptación de las poblaciones forestales frente a los desafíos del cambio climático.

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