La superficie cultivada de trigo en España se ha mantenido estable desde 2011 con un incremento cercano al 4%, alcanzando los dos millones de hectáreas en los últimos años, distribuidas, principalmente, en Castilla y León, Andalucía, Castilla-La Mancha y Aragón.

Esto se debe a la pérdida de rentabilidad económica de las explotaciones cerealistas; la falta de relevo generacional y la escasa sostenibilidad ambiental, como consecuencia de que en más del 89% de la superficie española el método mayoritario de manejo de suelo en la producción de trigo es el laboreo.

Para dar solución a estos desafíos, surge el Grupo Operativo supra-autonómico Innovatrigo, que desarrolla acciones innovadoras para la mejora de la sostenibilidad ambiental y económica de la producción de trigo en España, abarcando todos los eslabones de la cadena de valor, y promoviendo etiquetados de calidad ambiental bajos en emisiones que proporcionen mayor valor añadido al producto final.

Se trata de un proyecto de ámbito supra-autonómico cofinanciado en un 80% por la Unión Europea través del Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER), con una duración de dos años y que se podrá ejecutar hasta septiembre de 2020.

Innovatrigo está formado por nueve miembros que representan a toda la cadena de valor del trigo, la Asociación Española de Técnicos Cerealistas (AETC) como representante; la Universidad de Córdoba (UCO) con el “Grupo de Investigación AGR-126: Mecanización y Tecnología Rural” como coordinador técnico; la agencia especializada en el sector agroalimentario Agrifood Comunicación, la empresa de fertilizantes y bioestimulantes Antonio Tarazona y la Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC.SV) como socios beneficiarios; y Carrefour, la Sociedad Cooperativa Andaluza Dcoop como colaboradores, con el apoyo técnico del Grupo AN.

Para la adopción de las innovaciones mediante el fomento de las prácticas sostenibles en la producción de trigo, se ha elaborado un catálogo de zonas productoras de trigo y sus diferentes manejos, identificando los problemas a mejorar, en base al cual se han establecido los campos demostrativos del proyecto.

Figura 1: Superficie de trigo blando en España y distribución por Comunidades Autónomas en 2018

El G.O. ha desarrollado un Manual de Buenas Prácticas Agrícolas (BPAs) que mediante su implantación fomenten el desarrollo de una agricultura sostenible ambiental y económicamente, que reduzca la emisión de gases de efecto invernadero y mejore el balance de carbono. Entre las BPAs, cabe destacar las enfocadas a incrementar el sumidero de carbono del suelo como la siembra directa, ver figura 1, que al mantener el suelo cubierto por restos vegetales aumenta el contenido de carbono del mismo. Al suprimir el laboreo, se reduce el consumo de combustible y, por tanto, se reducen en más de un 50% las emisiones relativas a las operaciones agrícolas.

Figura 2. Nacencia de trigo blando en siembra directa

Otro de los pilares del proyecto es el fomento de prácticas centradas en las nuevas tecnologías, como los sistemas de ayuda al guiado, que basadas en la utilización de satélites y el estudio de la variabilidad de las explotaciones, ver figura 3, consiguen conocer el estado y las necesidades de los cultivos y así, poder optimizar la aplicación de los insumos. Con esta información, las máquinas en el campo, pueden distribuir el fertilizante de manera variable, ya que, para producción de trigo, es el insumo que más energía consume, casi el 60% de la total utilizada. Esta aplicación variable de fertilizante permite conseguir ahorros de un 20%-30% de abono.

Figura 3. Red de satélites orbitando a través del globo terráqueo y cosechadora con monitor de rendimiento midiendo la variabilidad de las producciones

Para la investigación de estas BPAs y la obtención de resultados, se han implantado dos campos demostrativos en la zona Sur (Finca experimental del Campus de Rabanales de la Universidad de Córdoba, ver figura 4) y en la zona Norte de España (Pamplona),  comparando el manejo tradicional frente a las BPAs propuestas.

Figura 4. Finca experimental del Campus de Rabanales de la UCO

A partir de la aplicación de estas BPAs, se ha observado un incremento del rendimiento (kg/ha) empleando las BPAs respecto a las prácticas convencionales. Cabe destacar, el incremento del beneficio bruto de los agricultores en más de un 18,5%, en base a los resultados recogidos en la tabla 1.

Tabla 1. Beneficio Bruto por hectárea comparando las BPAs con las prácticas convencionales

  BPAs Prácticas Convencionales
Coste Total (€/ha) 486,6 529,3
Ingreso Bruto 862,4 846,0
Beneficio Bruto 375,8 316,7

 

Asimismo, se ha determinado el grado de influencia de cada BPA propuesta en la emisión de gases de efecto invernadero y en la rentabilidad de las explotaciones respecto al manejo convencional, reduciéndose en un 25% las emisiones de gases contaminantes debido a las operaciones de cultivo, tal y como se muestra en la figura 5.

Figura 5: Comparativa de emisiones de CO2 de las BPAs respecto de las prácticas convencionales

También se fomentan las BPAs que mejoran la sostenibilidad ambiental de las explotaciones, como la rotación de cultivos, las buenas prácticas en el manejo de fitosanitarios o la utilización de nuevas fórmulas de fertilizantes, que gracias a la tecnología optimizan la asimilación de sus elementos nutritivos por los cultivos y reducen sus pérdidas por volatilización y lixiviación.

Por último, una de las BPAs recogidas en el manual, es la recolección con cosechadoras con monitor de rendimiento, que permite la obtención de mapas de cosecha para realizar abonados variables con la consiguiente reducción de emisiones. En este sentido, con el objetivo de la reducción de emisiones y costes, se fomenta la utilización de cadenas de suministro de proximidad que permitan optimizar los transportes.

Para contribuir a la implantación de estas BPAs entre los agricultores y técnicos, se ha desarrollado un curso de formación online, disponible en la web de Innovatrigo, que lo integran el manual de BPAs y un cuestionario online que permita evaluar el grado de conocimiento de estas.

Una vez que se haya superado con éxito el cuestionario, la AETC ,emitirá un certificado acreditativo como reconocimiento del aprendizaje de estas buenas prácticas agrícolas.

De manera complementaria, se está desarrollando un sistema de certificación de trigo bajo en emisiones como garantía del valor añadido. Para ello, se desarrollará un etiquetado diferenciador del pan con un sello que certifique la producción sostenible baja en emisiones.

En este sentido, es importante establecer los requisitos para la recepción y almacenamiento de este trigo en una cooperativa y para el procesado de este grano, tanto en la industria harinera como en la panadera que suministre a la distribución.

Entre las acciones de divulgación se han organizado jornadas con las Administraciones Públicas para impulsar la adopción de políticas sostenibles, como la que celebramos el pasado julio con el Secretario General de Agricultura de Aragón y los Directores Generales de agricultura de Castilla – La Mancha y Castilla y León, diversas jornadas demostrativas en los campos de ensayo del Campus de Rabanales en Córdoba, ver figura 6.

Figura 6: Jornada de campo del G.O. Innovatrigo

El pasado 12 de mayo Innovatrigo organizó una jornada online para el fomento de políticas innovadoras y sostenibles en cereal en Castilla y León, que fue inaugurada por el Consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León, Jesus Julio Carnero, y en la que los participantes asistieron a una mesa redonda compuesta por el Director General de Política Agraria Comunitaria, Juan Pedro Medina, y representantes de las principales organizaciones agrarias de la región, en la que se puso de manifiesto la importancia de contar con este tipo de políticas que contribuyen al desarrollo sostenible del medio rural.

Figura 7: Jornada para el fomento de políticas innovadoras y sostenibles en cereal en Castilla y León

Agradecimientos

Los autores agradecen la financiación obtenida para la ejecución del proyecto a través del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España, cofinanciado en un 80% por la Unión Europea a través del FEADER enmarcado en el PNDR 2014-2020.

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