El precio habitual del aceite de oliva ronda entre los 3,60 y los 3,70 euros el litro. Sin embargo, no hace mucho que una cadena de supermercados reconocida a nivel nacional se ha jactado de las ventas de este producto que ha cosechado durante una de sus campañas. ¿El problema? El precio que estaba siendo vendido era inferior a 2,20 euros, hecho “inviable” si no se está llevando a cabo una venta a pérdidas, algo que según la normativa española es totalmente “ilegal”.

INNOLIVA, productora líder de Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE), alerta de la gravedad de estas prácticas, que no solo afectan a agricultores y productores sino que incluso dañan la imagen de este alimento y genera desconfianza sobre su calidad. El motivo de que se sigan dando casos como este es, a juicio de la empresa navarra, que las sanciones impuestas «no son suficientes» y pide que se endurezcan.

“Se deben endurecer las multas con la venta a pérdidas, ya que estamos viendo que no están siendo efectivas»

La empresa lamenta que la ley impulsada en 2013 por Miguel Arias Cañete, entonces ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, nació precisamente con el objetivo de evitar abusos en este sentido, aunque «no obstante, no sale tan caro pasarlas por alto». Algunos de los casos más recientes que han salido a la luz apenas han tenido que hacer frente a 3.000 euros de multa, un correctivo que es “insignificante” teniendo en cuenta la magnitud de los comercios que cometen la ilegalidad y el daño que esto genera para el sector.

VENTA A PERDIDAS INNOLIVA 2“Se deben endurecer las multas cuando se infringe la ley realizando una venta a pérdidas, ya que estamos viendo que no están siendo efectivas y no están frenando esta práctica. Además, muchas de ellas ni siquiera son publicadas. Como productores de AOVE, no nos lo podemos permitir, y ya no solo por los que formamos parte del sector, sino porque el gran damnificado es el propio aceite, uno de los buques insignia de la Marca España”, aseguran desde INNOLIVA.

En este sentido, los responsables de la empresa explican que los bajos precios, que no se corresponden con lo que debería ser habitual, ponen en duda la calidad del producto, ya que resulta “imposible” que se consiga vender a ese importe.

Los sindicatos de agricultores ya alertaron sobre ello en junio de este año, lo que dio lugar a que se abriera una investigación para analizar si, incluso, se estaba produciendo una adulteración en el aceite de oliva. El supermercado en cuestión se apresuró rápidamente a negar que esto fuera así.

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