El cierre de muchos mercados locales para evitar la propagación del coronavirus obliga a pensar en una «solución equilibrada» para no depender tanto de las grandes cadenas ni dificultar la venta de productos frescos de proximidad, según la relatora especial de la ONU Hilal Elver.

Esta experta turca contesta las preguntas de Efeagro desde su país natal, después de haber tenido que cancelar a principios de marzo un viaje a España, coincidiendo con el aumento de los contagios por el nuevo virus.

La relatora especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación cumple su sexto año de mandato en un escenario inaudito marcado por la pandemia, que abre las puertas a una gran recesión global.

«Deberíamos encontrar una solución equilibrada. Depender de las grandes cadenas de supermercados puede no ser siempre la forma correcta»

«Habrá un impacto grave en el aumento de los precios de los alimentos, cortes en las cadenas de valor y eventualmente escasez de alimentos», unos problemas que afectarán sobre todo a los países pobres y a quienes sufren inseguridad alimentaria en las naciones desarrolladas, augura.

La pandemia ha demostrado que «en las grandes ciudades, cuando crecen las dificultades logísticas y problemas de accesibilidad, los mercados locales pueden ofrecer rápidamente alimentos frescos a los habitantes».

Al mismo tiempo, sin embargo, las autoridades han cerrado mercadillos y puestos callejeros en muchos países, incluida España, por razones de higiene y otras restricciones.

«Deberíamos encontrar una solución equilibrada. Depender de las grandes cadenas de supermercados puede no ser siempre la forma correcta de resolver el acceso a la alimentación. Los alimentos locales para los residentes locales son la opción más conveniente, sana y ambientalmente sostenible, además de una manera de apoyar la economía local», recalca la relatora especial de la ONU.

Según Elver, los gobiernos nacionales y locales deberían apoyar a los pequeños productores, procesadores y mercados locales con subsidios y rebajas fiscales, otorgándoles protección frente a los grandes actores de la cadena que, con su músculo logístico y financiero, «controlan el mercado entero y la estructura de precios».

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