El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha asegurado que el informe de la delegación de europarlamentarios sobre la cuenca del Tajo es «trascendental» y obligará al Gobierno de España a modificar los planes hidrológicos.

García-Page, que ha presidido la inauguración oficial de la I edición de Fenavin Contact en Ciudad Real, ha señalado que si se sigue al pie de la letra esta resolución, se deberán cambiar los planes hidrológicos, algo que el Gobierno regional va a pelear en los tribunales «ahora mejor que ayer, porque esta resolución nos avala en la Unión Europea».

Cree que la UE plantea «un respaldo absoluto al uso del agua» defendido por Castilla-La mancha

Para el presidente de Castilla-La Mancha, esta resolución es «una muy buena noticia», porque por fin la UE «plantea un respaldo absoluto a la estrategia del agua de esta tierra, un respaldo absoluto al uso del agua». García-Page ha indicado que la gestión del agua, a partir de ahora, se debe hacer en consenso con Castilla-La Mancha y nunca «a espaldas» a la región.

Y ha reflexionado sobre el hecho de que Castilla-La Mancha haya tenido que encontrar apoyo y eco en Europa, mientras que en España, «hay administraciones y dirigentes políticos e instituciones que se nieguen a ver lo evidente».

El presidente autonómico ha señalado que tiene la intención de trasladar en una resolución esta cuestión, para que sea aprobada en las Cortes de Castilla-La Mancha y cuente con el apoyo de todos los parlamentarios regionales.

El informe de los europarlamentarios plantea cambiar «completamente» el modelo de gestión de los recursos hídricos

Esta resolución, ha dicho, deberá ser «santo y seña, la guía de conducta y la agenda por la que Castilla-La Mancha trabaje para defender lo que es de la región y es de todos», el agua.

El informe elaborado por la delegación de europarlamentarios que visitó el pasado mes febrero las cuencas del Tajo y el Ebro plantea cambiar «completamente» el modelo de gestión de los recursos hídricos en España y «dar prioridad a los requisitos medioambientales frente a los socioeconómicos».

Además, insta a las autoridades españolas a integrar el agua de las desalinizadoras para mejorar la seguridad del suministro y que el agua se destine a las cuencas orientales como el Segura y «no vincularse de forma alguna» al Tajo.

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