El Centro de Investigación Forestal de Lourizán, dependiente de la Consellería de Medio Rural, está desarrollando una investigación sobre el cerdo celta. En concreto, en colaboración con centros de Asturias y País Vasco, se pretende descubrir cuál es la carga ganadera ideal para maximizar la producción con unos efectos ambientales sobre el entorno asumibles.

La coordinación del proyecto corre a cargo del centro de la consellería pero también colaboran la Escuela Politécnica Superior de Lugo de la Universidad de Santiago de Compostela, el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentaria (Serida) de Asturias y el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agraria (Neiker) de Derio. Responsables de todos estos centros se reunieron en Lourizán para compartir las actividades ya realizadas y revisar conjuntamente los resultados, ya que este proyecto comenzó el 1 de enero de 2016.

En la cita se señalaron los objetivos y las publicaciones conjuntas previstas en el futuro. Enmarcado en este encuentro de colaboración, los investigadores se desplazaron al ayuntamiento de Rois para ver el ensayo práctico instalado en el monte vecinal de la Cubela, Cudimonte y Rois.

Mecánica del estudio

A través de este trabajo y con estos cuatro equipos de investigación se pretende conocer el efecto que las piaras en régimen extensivo, las habituales en el cerdo celta, tienen sobre el medio y compararlas con los regímenes semiextensivos y también las razas autóctonas con las híbridas.

El estudio lleva por título a Sostenibilidad de sistemas silvopastorales de frondosas caducifolias iberoatlánticas con razas autóctonas de cerdo en régimen extensivo. Incluye cinco ensayos situados en carballeiras y sotos repartidos en las tres comunidades autónomas implicadas. El objectico global es implementar sistemas silvopastorais con razas autóctonas de porcino de alta calidad de carne en régimen de explotación extensivo y con un aprovechamiento final de fruto para la alimentación animal.

Se pretende además incrementar el uso múltiple del territorio con la mejora de la rentabilidad de estas plantaciones, habida cuenta aspectos medioambientales. Para eso, se estudiarán valores como la biodiversidad de la flora vascular, el arbolado adulto, los daños causados por los animales, la regeneración de las especies arbóreas, la fertilidad y la compactación. También se analizará el ciclo del carbono y salud del suelo, la biomasa de sotobosque, las hierbas y la producción de frutos (castañas, bellotas), así como la sanidad animal y la influencia de la nutrición en extensivo en la producción de las diferentes razas del tronco celta, entre otras cuestiones. La investigación está previsto que finalice la finales de 2018.

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