Representantes de la Asociación para el Desarrollo de la Serranía Celtibérica (ADSC) y del Gobierno de España se reunieron, en la sede del Ministerio de Hacienda y Función Pública, para profundizar en las diferentes convocatorias de ayudas dirigidas para paliar la situación de abandono y despoblación que sufre el medio rural de nuestro país, tanto en su zona central (Serranía Celtibérica) como en la zona fronteriza con Portugal (Franja Celtica). Un encuentro amable pero que “no aportó ninguna solución tangible”, en palabras de Marco Campos, Presidente de la ADSC.

“La realidad que vivimos en los pueblos de España”, ha explicado Marco Campos, “difiere de las realidades de otros países de la Unión Europea, no se ajusta a nuestras necesidades, y los enfoques que se hacen desde el Gobierno de España y desde la UE no acaban de atacar los graves problemas de fondo que afectan a nuestras zonas despobladas”.

En concreto, desde ADSC se ha hecho hincapié en que los proyectos sean de calado y afecten a estas zonas en su conjunto, empezando por una dotación suficiente y de plenas garantías de servicios básicos públicos para la ciudadanía que vive en estas zonas rurales despobladas.

HAY UNA “UNA SENSACIÓN DESESPERANTE, YA QUE UNA COSA ES LA GESTIÓN DE LOS FONDOS Y OTRA LA REALIDAD DE LOS PUEBLOS”

“Desde ADSC hablamos de dotar de servicios sanitarios, educativos y de comunicaciones y telecomunicaciones que permitan a los habitantes de nuestras zonas rurales vivir en unas condiciones dignas y más amables”, ha proseguido el presidente de la ADSC, que exponía en el Ministerio que los Fondos de la UE, sobre todo los relativos a “Next Generation” son “poner una tirita a alguien que se está desangrando”.

Estos Fondos, además, requieren una serie de condicionantes y requisitos para ser receptores o beneficiarios de los proyectos que son muy técnicos y laboriosos y que exceden la capacidad de muchos de los habitantes y Ayuntamientos actuales de estas zonas rurales, “una ruralidad, la española”, ha proseguido Marco Campos, “que se caracteriza por la despoblación, el envejecimiento poblacional y con poca capacidad para afrontar convenientemente los proyectos, tanto técnica como presupuestariamente, incluso por parte de los propios Ayuntamientos”.

Para ADSC, en conclusión, estos planes y fondos corren el riesgo de ser una oportunidad perdida para el mundo rural, porque no aportan ninguna solución tangible. No se puede esperar al año 2029”, según las explicaciones dadas por el Ministerio a las reivindicaciones de ADSC, “para ir viendo si se afrontan los grandes proyectos de dotación de servicios básicos para la ciudadanía”, ha finalizado Marco Campos, para quien la reunión finalmente deja “una sensación desesperante, ya que una cosa es la gestión de los fondos y otra la realidad de los pueblos de nuestras zonas rurales”.

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