Final de campaña con las previsiones ratificadas y con una noticia más que satisfactoria: la buena salud de la comercialización de aceite de oliva, que sigue imparable. En los 6 meses de campaña se ha constatado un aumento del 7,2% con respecto a la pasada, que ya fue de récord, hasta las 863.000 toneladas vendidas, según la valoración de UPA Andalucía, que también destaca la subida de los precios en origen.
Los datos de marzo publicados por la AICA demuestran la realidad de una producción nacional que no alcanzará los 1,4 millones de toneladas (1.381.500 toneladas totales en España, de las que Andalucía ha producido 1.107.426). Una situación cuyo resultado no puede ser otro que la subida de los precios en origen por encima de los costes de producción. Y que la tendencia se revierte se demuestra con el hecho de que se estén produciendo operaciones por encima de los 3 euros.

El responsable nacional de la Sectorial de Olivar y Aceite de UPA, y secretario general de UPA Andalucía, Cristóbal Cano, destaca que las salidas en el mes de marzo, cifradas por la AICA en 150.000 toneladas, reflejan varias noticias más que satisfactorias. Por un lado, la cada vez mayor demanda nacional e internacional de aceite de oliva. Por el otro, la reversión de la crisis de precios en origen, que comienza a tener una línea ascendente y se encamina a consolidarse por encima de los costes de producción.

«EL SECTOR OLIVARERO DEBE APROVECHAR LA COYUNTURA PARA CONSEGUIR QUE LOS PRECIOS SE ESTABILICEN DENTRO DE LA RENTABILIDAD DE NUESTRAS EXPLOTACIONES”

«Es muy satisfactorio comprobar que la comercialización sigue fuerte un mes más. A pesar de la dificultad económica en la que nos movemos motivada por la pandemia de la Covid 19, para los que trabajamos el olivar tradicional significa que comenzamos a superar la grave crisis que hemos sufrido desde hace más de dos años. Las ventas gozan de una magnífica salud y cada mes baten el récord anterior de una pasada campaña que ya fue sobresaliente», destaca Cristóbal Cano.

Para UPA Andalucía, «el sector olivarero debe aprovechar la coyuntura, con la subida de los precios en origen, para conseguir que los precios, finalmente, se estabilicen dentro de la rentabilidad de nuestras explotaciones, sobre todo de olivar tradicional. Ya hemos demostrado que la diferenciación y la apuesta por la calidad tienen su justa recompensa vía precio. Como estamos comprobando, la campaña de comercialización de este año es de récord y consolida un crecimiento importante. A esto hay que añadir otros factores importantes, como el hecho de que se hayan eliminado las trabas arancelarias con Estados Unidos para la exportación de aceite de oliva envasado de origen España. Y la futura norma de calidad y trazabilidad también es una magnífica noticia puesto que generará más confianza en el sector. Igualmente, hay que destacar la aprobación del decreto de autorregulación, que permite retirar voluntariamente aceite de oliva en momentos de precios por debajo de los costes de producción», argumenta Cristóbal Cano.

A pesar de estas magníficas noticias, UPA Andalucía mira con preocupación la futura campaña, sobre todo porque el déficit hídrico que están arrastrando los olivares en esta primavera determinará la producción del próximo año, que puede verse afectada a la baja de forma notable. Ante estas situaciones, Cristóbal Cano entiende que la estabilización de los precios no es solo una cuestión del sector, sino que en ella deben implicarse las administraciones. «Debe aplicarse realmente la reformada Ley de la Cadena Alimentaria; así como intervenir de oficio para eliminar definitivamente las prácticas abusivas y la venta a pérdidas de la gran distribución, con sanciones acordes al daño causado; la erradicación del uso del aceite de oliva como producto reclamo; el control de las importaciones y campañas de promoción destinadas a incrementar aún más el consumo de la grasa más sana y saludable del mundo. Y todo esto se puede hacer, como hemos demostrado en UPA con el acuerdo firmado con Lidl y que supone un antes y un después en las relaciones comerciales entre productores y grandes cadenas”, concluye Cristóbal Cano.

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