La Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón, UAGA-COAG, despide con tristeza a Mateo Sierra Bardají, fruticultor y cerealista natural de Albalate de Cinca, que ha fallecido a los 88 años, y una de las piezas fundamentales para el nacimiento y consolidación de esta organización agraria.

A pesar del fallecimiento de Francisco Franco y aunque se hablaba de democracia y se legalizaban partidos políticos, en febrero de 1977 todavía se atentaba contra el derecho de los hombres y mujeres del campo para reunirse libremente en asamblea. El permiso para celebrar una asamblea debía ir avalado por varias firmas y unos cuantos carnets de identidad. Había que solicitarlo al Gobierno Civil con 15 días de antelación y, a veces, quedaba suspendida el día anterior. Otras, había permiso y se celebraba, pero se presentaba allí un delegado del Gobierno Civil acompañado del sargento de turno.

En ese contexto, en marzo se creó una coordinadora de pueblos para presentar y difundir por todo el territorio Aragón el documento-borrador de los estatutos que darían lugar al nacimiento de la UAGA. Entre los representantes comarcales de esa primera Coordinadora Regional estaba Mateo Sierra por el Bajo Cinca quien, además, junto con un compañero de Belchite, sería el encargado de recopilar las sugerencias o aportaciones sobre los estatutos.

Ese mes de marzo del ’77 fue de movilización continua y de tractores en las carreteras. Los agricultores se quejaban de las nuevas cuotas de la Seguridad Social, del alza en el coste de aperos y abonos, y del estancamiento de los precios de sus cosechas. Pero sobre todo la gente se movilizó para obtener el reconocimiento del sindicato como canalizador de las demandas campesinas.

Mateo Sierra fue una de las personas fichadas por el Servicio de Información de la Guardia Civil en esas huelgas con los tractores cortando carreteras en todo el territorio.

Tras varios intentos fallidos, la asamblea constituyente de UAGA se celebró finalmente el 3 de abril de 1977, en La Puebla de Alfindén (Zaragoza). En la mesa de representantes estuvo entre otros Mateo Sierra, que entonces tenía 40 años. También formó parte de la Comisión Delegada elegida en la II Asamblea Regional de UAGA en abril de 1979, que tenía el reto de transformar y democratizar las Cámaras Agrarias.

En 1986 dio el salto a la política y como eurodiputado del PSOE jugó un gran papel y fue un importante aliado de los agricultores aragoneses para evitar que se llevase a cabo el trasvase del Ebro.

Mateo Sierra entre sus compañeros de UAGA era simplemente Mateo, un hombre afable que, aunque no se distinguía por su facilidad de palabra, fue muy perseverante en la lucha por los derechos y la mejora de las condiciones de vida de las personas que se dedicaban a la agricultura y la ganadería.

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