La presidenta del Congreso Internacional «Wine and health» (Vino y salud), Rosa María Lamuela, ha constatado que «no hay ningún estudio que demuestre que el consumo de vino engorda» y ha reconocido a Efe que «es alcohol y tiene calorías», pero «no existe una correlación entre aumento de peso y vino».

Lamuela preside este congreso, que es la primera vez que se celebra en España y que reúne hasta este viernes 17 en Logroño a más de 200 especialistas en este campo procedentes de diversos países, quienes expondrán las nuevas líneas de investigación y los últimos estudios científicos vinculados a los efectos del consumo de vino en la salud.

Para obtener todos los efectos beneficiosos del vino se ha de acompañar de una dieta mediterránea

Ha recalcado que siempre ha de ser un «consumo moderado» de vino, que se establece en dos copas diarias para los hombres y una para las mujeres como máximo, preferentemente durante la ingesta de alimentos, más recomendable en las cenas, y nunca se deben superar las cuatro copas tomadas de una sola vez.

Esta doctora, miembro del departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimentación y Gastronomía de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona, ha recalcado que para obtener todos los efectos beneficiosos del consumo de vino se ha de acompañar de una dieta mediterránea.

«El organismo humano es un ser vivo muy complejo y muy especial, que no responde igual que una máquina que mide las calorías», ha asegurado, por lo que ha descartado que se pueda achacar solo al vino el aumento de peso.

Entre esos efectos beneficiosos de un consumo moderado de vino ha citado que puede prevenir enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer; y también tiene propiedades prebióticas, ya que favorece una microbiota o microflora intestinal saludable.

Ha añadido que todos los estudios demuestran que el vino favorece la prevención de diabetes, dado que su consumo mejora el metabolismo de la glucosa y aumenta el colesterol beneficioso (HDL) en los pacientes diabéticos.

El vino ejerce un papel cardioprotector, es antioxidante y antinflamatorio, por lo que se llega a recomendar su consumo moderado

Así, los polifenoles del vino, más presentes en los caldos tintos, pero también en blancos y en menor medida en claretes o rosados, son muy beneficiosos por su efecto protector en la diabetes, según se ha constatado en las últimas investigaciones sobre esta enfermedad.

Ha lamentado que apenas hay estudios sobre los vinos rosados o claretes, de los que existen gran variedad y calidad en España, ya que se ha investigado muy poco hasta ahora en esta materia.

En este congreso también se analizará la conexión del vino con las enfermedades cardiovasculares y coronarias, que es el tema más estudiado y el que tiene mayor base científica.

Esta doctora ha recordado que el vino ejerce un papel cardioprotector, es antioxidante y antinflamatorio, por lo que se llega a recomendar su consumo moderado a pacientes que han sufrido un infarto o una angina de pecho por la noche, ya que ayuda a que se encuentren mejor.

Además, los consumidores moderados de vino son un 25 por ciento más longevos y sufren menos enfermedades que los abstemios o los bebedores excesivos, ha afirmado.

Según sus datos, después de Japón, las mujeres españolas disfrutan de una de las mayores esperanzas de vida del mundo, pero solo el 25 por ciento de esta mayor longevidad se puede achacar al vino, también colabora la dieta mediterránea, con el consumo de aceite de oliva y frutas y hortalizas frescas.

En la inauguración también ha intervenido el presidente del Gobierno de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, quien ha defendido el binomio vino-salud desde un consumo responsable y ha indicado que «el vino es el producto que nos abre el mundo».

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