Como una manera  «preservar y conservar la biodiversidad», el INIA promueve el uso del llamado hotel de insectos y pájaros que anidan en el entorno cincundante ya sea en viñedos, invernaderos, campos, etcétera; y que contribuyen al control biológico y sostenible de plagas que pueden dañar los cultivos.

«Respetar el medio ambiente y la sostenibilidad, es uno de los pilares de la agronomía que desarrolla el INIA y el uso de estas instalaciones en una manera de mantener el equilibrio de insectos en la zona, controlar las plagas de forma natural y servir de refugio para diferentes especies¨, afirma el investigador transferencista Patricio Abarca Reyes.

La continua ocupación de lugares silvestres para urbanización, la producción de cultivos intensivos y, por sobre todo, el excesivo uso de plaguicidas generalistas en la agricultura, está interfiriendo fuertemente en la diversidad biológica de los sistemas naturales. Por lo anterior, han ido desapareciendo las fuentes de alimentación (flora nativa), el albergue de muchos insectos benéficos y, también, la eliminación de enemigos naturales, ya sea, depredadores o parasitoides.

El ingeniero agrónomo Patricio Abarca Reyes de INIA Rayentué, no sólo se ha dedicado a fabricar estas casitas, como parte de sus actividades en tiempos libres, sino que además ha tomado conciencia del valor que tiene este tipo de albergues en un momento crítico de los sistemas naturales y de la pérdida de las fuentes de alimentación por parte de los insectos.

A continuación, el profesional del INIA describe cómo se fabrica un hotel de insectos, dónde se debe ubicar y cómo privilegiar las bandas florales con floración prolongada, ya que estas atraerán a los insectos benéficos y mantendrán un mayor equilibrio en el huerto.

Para mejorar la reproducción y permanencia de los insectos benéficos, se fabrican los hoteles de insectos e implementan permanentemente cultivos con flores atractivas que entregan polen y/o néctar. Ambas condiciones, ayudan a enriquecer la diversidad de especies y el equilibrio biológico en nuestro cultivo o jardín.

El hotel de insectos, es un habitáculo artificial, que simula un refugio natural para albergue e hibernación de los insectos benéficos que tenemos en campos o jardines. Puede ir desde una simple caja, a estructuras de diferentes tamaños y formas. En su interior contienen divisiones con variados materiales (en su mayoría naturales), que otorgan distintas condiciones según la especie. Además, los hoteles de insectos forman parte ornamental del paisaje y cumplen un rol pedagógico ilustrativo, especialmente para los niños, que aprenden la biología de los insectos y algunos sistemas de protección de la naturaleza.

¿CÓMO FABRICAR UN HOTEL DE INSECTOS Y DÓNDE SE DEBE UBICAR ?

Por lo general, las cajas o estructuras que dan la forma al hotel, suelen ser de madera. La parte externa, debe proteger de condiciones climáticas como el viento y la lluvia, la parte interna, debe dividir el hotel en diferentes habitáculos para crear diferentes condiciones según requerimiento de la especie, creando espacios oscuros, orificios, túneles, rendijas, etc. Para ello, se puede utilizar variados materiales (en lo posible naturales), como por ejemplo, conos («piñas») de pinos, cañas, frutos abiertos sin semillas, madera con orificios, trozos de madera, corteza, viruta, ladrillos, piedras, entre otros.

Los hoteles deben ser ubicados en huertas o jardines, protegidos del viento, la lluvia y del sol directo de la tarde en verano. Normalmente en altura, a unos 60 a 100 cm desde el suelo, aunque también se pueden ubicar a ras de piso para especies que habitan en la superficie de suelo, como algunos escarabajos y grillos. El hotel de insectos por sí solo no atraerá a los insectos benéficos, debe ser ubicado cerca de flora, ya sea silvestre o cultivada, esta debe ser en lo posible permanente durante el año. Además, el hotel debe situarse cerca de fuentes de agua y alejado de aplicaciones de plaguicidas.

Para que los insectos benéficos ocupen el hotel, es importante mantener una floración constante en el jardín o el huerto. En cultivos agrícolas, se siembran bandas florales con diferentes especies de floración alternada durante el año. Estas bandas pueden tener varios objetivos según la especie, entre ellos; atracción y alimento a organismos benéficos que ayuden al control de plagas; como cultivo trampa, donde los insectos plaga atacan a la banda floral y no al cultivo; como repelente, donde el color u olor de las flores sirva para alejar a los insectos no deseados.

Debemos privilegiar bandas florales con floración prolongada, ya que estas, atraerán a los insectos benéficos y mantendrán un mayor equilibrio en el huerto. Las especies de floración corta más utilizadas son; los claveles chinos, manzanillas, margaritas, capuchinas, pensamientos, milenramas, artemisas, dalias, caléndula, alyssum, tagetes, cosmos, entre otras. Si deseamos una banda plurianual (más extensa durante la temporada) se pueden intercalar plantas aromáticas como; romero, lavanda, melisa, tomillo, mentas, poleo, ruda, orégano, entre otras.

Recordar que, de acuerdo al cultivo que tengamos, debemos asociar la o las especies de bandas florares que deseamos utilizar, ya que algunas servirán de «cultivo trampa», otras de repelencia y, también, como atrayentes de insectos benéficos para mejorar el control biológico de depredadores y parasitoides.

×