Los incendios forestales provocan procesos de hidrofobicidad o repelencia al agua de los suelos afectados que pueden durar hasta cuatro años, lo que aumenta el riesgo de erosión y ralentiza la recuperación de la cubierta vegetal, según un estudio de la Universidad de Sevilla.

AGUA SUELOS  INCENDIOS FORESTALES 1«Incluso incendios de poca severidad son capaces de inducir hidrofobicidad en el suelo, y esta situación puede mantenerse durante varios años después», según las conclusiones del estudio, que advierte de que por esa circunstancia «la restauración natural de la vegetación y la recuperación de las propiedades iniciales del suelo son más difíciles».

Según ha informado la Universidad de Sevilla, el estudio ha sido efectuado en el área forestal de la Sierra de Sevilla por investigadores de la Universidad andaluza y la Universidad Miguel Hernández, con la colaboración de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (Morelia, México).

CUANDO LLEGA LA LLUVIA, una parte importante del suelo permanece seco a pesar del agua y no sumistra nutrientes

La hidrofobicidad del suelo limita la infiltración del agua, de modo que cuando llegan las primeras lluvias del otoño, la formación de escorrentía y el riesgo de erosión aumentan significativamente, ya que el agua sólo puede penetrar en el suelo a través de grietas o macroporos en la superficie del suelo.

Cuando el agua se infiltra a través de estos puntos, una parte importante del suelo permanece seco a pesar de la lluvia, lo que limita el suministro de nutrientes a las raíces, dificulta la regeneración natural y causa otros impactos sobre la flora y los procesos hidrológicos en la zona quemada.

AGUA SUELOS  INCENDIOS FORESTALES 3«Los resultados del trabajo han permitido comprender mejor la dinámica de los procesos de infiltración en suelos quemados, así como a confirmar la importancia de incluir estos estudios en los planes de restauración forestal», ha destacado en un comunicado el profesor de la Facultad de Química de la Universidad de Sevilla Antonio Jordán.

«La evolución en el tiempo de este fenómeno ha sido poco estudiada en suelos afectados por incendios, de modo que la investigación es necesaria para facilitar la toma de decisiones por parte de los responsables de los planes de restauración», ha señalado la investigadora Nancy Alanís, de la Universidad de Michoacana.

Según las conclusiones del estudio, el impacto del fuego no es homogéneo ni en el tiempo ni en el espacio porque la intensidad de la combustión es muy variable espacialmente, por lo que la combustión de la vegetación y la materia orgánica del suelo, la cantidad y las características de las cenizas y sus consecuencias sobre el suelo y los procesos hidrológicos pueden variar significativamente.

El estudio señala que han de conocerse con precisión «los impactos» del fuego en cada suelo «para decidir si es necesario llevar a cabo trabajos de restauración o solo de vigilancia», ya que «si los efectos del fuego en un área no son homogéneos es posible que se requieran medidas de gestión y restauración complejas».

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