Un cargamento con 18.000 toneladas de maíz ucraniano llegará este viernes 10 al puerto de A Coruña a bordo del buque Alppila en lo que supone el primer envío de cereal a través de una nueva ruta marítima abierta por el Báltico para sortear el bloqueo al que la Armada rusa somete los puertos ucranianos del mar Negro desde que comenzó la guerra.

El maíz que se descargará en el muelle de San Diego para ser almacenado y posteriormente enviado a las fábricas que elaboran el pienso para el ganado, fue transportado primero por carretera desde las fronteras ucranianas con Rumanía y Polonia hasta el puerto polaco de Swinoujscie, donde fue embarcado en el carguero, que antes de zarpar hacia aguas gallegas hizo escala en el puerto alemán de Brunsbüttel.

“Son pequeños volúmenes de maíz que se van sacando por las fronteras del oeste de Ucrania en camiones hacia Polonia y Rumanía”, explica Bruno Beade, director de Agafac, que añade que estas 18.000 toneladas de maíz ucraniano que el Alppila lleva en sus bodegas serán muy bien recibidas por los fabricantes de piensos, que continúan sufriendo, al igual que ganaderos y consumidores, las fuertes subidas de las materias primas. 

OTRAS 40.000 TONELADAS DESDE AMÉRICA

Asimismo, otro cargamento de maíz, en este caso brasileño, tiene prevista su llegada el próximo domingo, 12 de junio, también al puerto de A Coruña. Será a bordo del mercante Desert Symphony, que transporta 40.000 toneladas de este grano, el primero que recibe Galicia de este país después de que la Unión Europea decidiese autorizar las importaciones procedentes de lugares como Brasil y Argentina como alternativa para cubrir la escasez de maíz ucraniano.

El maíz es una de las principales materias primas con las que se elaboran los piensos que alimentan a la cabaña ganadera y desde el inicio del conflicto, en febrero de 2022, el sector ha sufrido serios problemas de desabastecimiento. Ante esta situación, Agafac y el resto de las asociaciones que representan al sector solicitó al Ministerio de Agricultura suavizar los requisitos fitosanitarios y que se abriese la puerta a importaciones de cereales fuera de Europa para hacer frente a esta difícil situación, una medida que entró en vigor el pasado mes de marzo.

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