El aceite de oliva español consolida su liderazgo en la mayoría de los grandes destinos internacionales, incluidos países estratégicos y en crecimiento como EEUU, China o India, aunque debe enfrentarse a no pocos obstáculos comerciales y a la entrada en liza de nuevos actores en el mercado global del aceite.

Productores y envasadores destacan la competitividad del aceite nacional, que muestra fortaleza pese a la expansión del olivar, las barreras no arancelarias, la variabilidad de cosechas y precios -condicionados por clima y vecería-, o la ausencia de mecanismos de regulación de mercado al servicio de cooperativas y oleicultores.

La expansión del cultivo se ha acelerado en los últimos 15 años y hoy existen más de 11,3 millones de hectáreas de olivos

El sector debe competir en el tablero mundial con otros productores -Túnez, Turquía, Siria, Marruecos, Chile, Argentina o Australia- y también con grasas vegetales arraigadas en las costumbres gastronómicas de un gran número de países, como el aceite de palma, soja, girasol, colza, coco, mezclas de semillas…

La expansión del cultivo se ha acelerado en los últimos 15 años y hoy existen más de 11,3 millones de hectáreas de olivos aunque, en el lado positivo, la lista de países consumidores se eleva a 174 -con datos de GEA Iberia-, donde se valora de forma creciente la calidad y los efectos beneficiosos del «oro líquido» para la salud.

«Desde hace años, España no sólo es líder en volúmenes de producción, sino también en exportaciones», resalta el director adjunto del Consejo Oleícola Internacional (COI), Jaime Lillo, en su análisis del mercado global del aceite.

Lillo opina, incluso, que el sector español «no tiene nada que temer» ante eventuales acuerdos comerciales entre UE y terceros países, ni a la mayor competencia, dada su actual primacía mundial.

La gerente de la Interprofesional del Aceite de Oliva, Teresa Pérez, es optimista ante el futuro de las ventas del alimento, que acapara altas cuotas de mercado en Italia (54,7 %), EEUU (28,6 %), Portugal (90 %), Francia (61,2 %), Reino Unido (63,2 %), Japón (55,6 %), Australia (63,2 %), Rusia (59,9 %) o China (76,4 %).

En Brasil, tiene el 20 %; el 86,6 % en México; el 34 % en Bélgica; el 50,6 % en Holanda o el 64 % en Irlanda.

En los últimos seis años, se ha multiplicado por tres las exportaciones a EEUU y Japón; por cuatro o cinco a China o por 1,5 a Reino Unido

Durante la pasada campaña, «ganamos capacidad de exportación directa a Unión Europea y terceros países, y cada vez dependemos menos de la canalización de ventas a través de Italia», asegura.

«En los últimos seis años, hemos multiplicado por tres las exportaciones a EEUU y Japón; por cuatro o cinco a China o por 1,5 a Reino Unido», detallan desde la Interprofesional, involucrada en ambiciosas campañas de promoción del consumo exterior y para reforzar su posición en el mercado global del aceite.

El director de la Asociación de la Industria y Comercio Exportador de Aceite de Oliva (Asoliva), Rafael Pico, recuerda que «siempre fuimos líderes en exportación» (con Italia como primer importador, y que adquiere cada año el 40-45 % de toda la producción) y «sólo hay dos destinos que se resisten»: Alemania y Canadá.

De enero a septiembre de 2016, con dato de Aduanas, Italia compró a España 244.343 toneladas (+3,69 %); EEUU 103.016 t (+60,28 %); Francia 61.829 t (+16,54 %); Reino Unido 32.124 5 (+2,16 %); China 19.165 t (+13,62 %); Australia 14.229 t (53,67 %); Alemania 9.268 t (17,21 %); Rusia 9.136 t (+8,71 %); y Bélgica 6.421 t (+20,41 %), mientras se abre paso en India con 5.041 t (+15,87 %).

A cierre de 2015, Italia adquirió a España 300.702 toneladas y China se consolida con pedidos de 25.400 toneladas.

Para Asoliva, la supremacía española en el mercado global del aceite será más evidente durante la campaña actual, porque Italia no tiene aceite (en el mejor de los casos obtendrá 180.000-200.000 toneladas, frente a nuestro país, que podía rondar los 1,3-1,4 millones de toneladas este año) y tampoco obtendrán cifras importantes ni Grecia, ni Túnez o Marruecos.

El ejercicio pasado fue bueno, pese a la subida de precios, pero el actual será positivo porque hay más disponibilidad de materia prima, lo que podría arrojar cifras de exportación de 950.000 o del millón de toneladas, apuntan los envasadores.

(Texto: Ginés Mena / Efeagro)

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